martes, 21 de julio de 2009

LO QUE PIENSAN LAS MUJERES de Ernst Lubitsch – 1941 - ("That uncertain feeling")


Larry Baker es un feliz agente de seguros amante de su trabajo y de la vida hogareña y sencilla que no sabe que su esposa Jill se siente deprimida y abandonada por él, ya que casi nunca recibe muestras de cariño y el encierro casi constante en casa no le sienta nada bien. Cuando visite a su psiquiatra, la señora Baker, por casualidad, conocerá a Alexander Sebastian, un excéntrico y joven pianista intelectual por el que comenzará a sentirse atraída… Y cuando Larry lo descubra, completamente sorprendido, ideará un plan para recuperarla y para volver a ganarse su amor. El caos va a llegar al hogar de los Baker.

Gran maestro de la comedia brillante y sofisticada norteamericana y claro referente de cineastas como Preston Sturges, Otto Preminger y Billy Wilder (dialoguista de alguna de sus obras que aprendió cine a su lado), Ernst Lubitsch, nacido en Berlín, fue uno de aquellos alemanes que emigraron a los USA para establecerse allí ante la decadencia de la República de Weimar o ante el creciente y amenazador poder nazi. Comenzó a destacar con sus comedias y biografías noveladas mudas (“Madame Dubarry”, “Ana Bolena”, “La mujer del faraón”…) y como director de grandes estrellas silentes (como Pola Negri o Asta Nielsen). En los albores del sonoro, cultivó la opereta musical con “El desfile del amor”, “El teniente seductor” y “La viuda alegre” y el vodevil centroeuropeo adaptado a la idiosincrasia de su país de acogida con “Un ladrón en la alcoba” y “Una mujer para dos”, y de aquí comenzó a surgir la comedia brillante y sofisticada norteamericana, en la que se especializaría haciendo reír y pensar a generaciones enteras. Llegaron sus grandes obras maestras en los años cuarenta, su década de oro: “La octava mujer de Barba Azul”, “Ninotchka”, “El bazar de las sorpresas”, la citada “Lo que piensan las mujeres”, “Ser o no ser”, “El Diablo dijo “no”” y “El pecado de Cluny Brown”, además de el drama “Ángel”, que demostraba su versatilidad a la hora de abordar géneros. Murió Lubitsch prematuramente cuando rodaba “La dama de armiño” en 1947, filme que terminó su otro discípulo, el también genial Otto Preminger. Gran director de grandes estrellas, a las que sacó todo su jugo cómico e indiscutible gran genio de la comedia lujosa, elegante y ligera (que él mismo llegó a asentar como una especie de “género aparte”) pero a su vez mordaz, crítica, satírica, cínica y hasta maliciosa, retrató como nadie el alemán emigrado la alta sociedad del Sueño Norteamericano y sus miserias, y fue además el inventor del llamado “Toque Lubitsch”, su medio para sugerir situaciones mediante precisas elipsis, dejando escenas en el aire para que el propio espectador sacase sus conclusiones.

En “Lo que piensan las mujeres”, una de sus comedias más famosas, desternillantes y brillantes, Ernst Lubitsch retrata con maestría sin par la decadencia de una pareja norteamericana de clase acomodada en medio de un insoportable clima de tensión sexual tras la llegada de un "extraño" a la pareja que configura el trío amoroso que motoriza el filme. Los grandes Merle Oberon y Melvyn Douglas son un matrimonio que vive su gran crisis y el genial y aquí jovencísimo Burgess Meredith (sí, el Pingüino de la serie de Batman de los años sesenta y el entrenador de Rocky Balboa, Mickey) es el artista que va a intentar seducir a la mujer y que va a cambiar la vida del marido instaurando un combate de seducción. Versión cinematográfica de la obra teatral "Divorciados" de Victorien Sardou y Emile DeNajac que el propio Lubitsch ya había llevado al cine mudo en 1925 con el título "Divorciémonos", "Lo que piensan las mujeres" es una magistral disección de las relaciones de pareja en clave de fino humor siempre punzante, sugerente, crítico e irónico que cuestionaba en su día algunos valores incuestionables de la sociedad de su tiempo (el divorcio, el tener un o una amante, las relaciones antes del matrimonio, las relaciones de mujeres con chicos más jóvenes que ellas) y, además, lo hacía encandilando al público, siempre dentro del sistema pero sin hacerle demasiadas concesiones. Una de las grandes comedias de la primera mitad de los años cuarenta.

1 comentario:

albertaco dijo...

Ola...tnes un premio en mi blog!!!saludos