domingo, 23 de agosto de 2009

HISTORIAS DE FILADELFIA de George Cukor – 1940 – (“The Philadelphia Story”)


C. K. Dexter Haven es un galán cínico y alcohólico de la clase acomodada que se ha propuesto boicotear a toda costa la boda de su ex mujer, la altiva y rica Tracy Lord, con el joven y ambicioso (y trepa) señorito George Kittridge. Para ello, se piensa servir del trabajo de dos periodistas frustrados de la revista rosa “Espía”, Macauley Connor y Elizabeth Imbrie, que van a cubrir la boda y a los que Tracy quiere esconder la relación de Seth, su padre, con una joven corista. El caos está a punto de llegar a la esplendorosa casa de la familia Lord…

Otro de los grandes maestros de la comedia y el drama norteamericano junto a Ernst Lubitsch y Billy Wilder fue George Cukor, cineasta, director de teatro, guionista y actor. Creador honesto como pocos, nunca se consideró un autor, pero el caso es que creó una serie de grandes e inolvidables películas con las que hizo reír y emocionarse a generaciones enteras y con las que pasó a la historia del cine. Siempre comercial, su estilo es elegante, refinado, limpio y lujoso en ocasiones, sencillo y muy sincero, sin alardes pretenciosos de ningún tipo aunque con gran fuerza dramática y sentido del espectáculo y de la musicalidad de la acción. Su humor es culto y lúcido, irónico y satírico y hasta despiadado con la sociedad a veces, frívolo otras. Fue un director que siempre trabajó en equipo, equipo al que daba plena libertad, ya que consideraba que una película es una obra de muchas personas. Fue, además, uno de los grandes directores de actrices de Hollywood, y también de actores, aparte de uno de los mejores retratistas femeninos de la historia. Innumerables comedias nos dejó: “Vivir para gozar”, “Mujeres”, “Historias de Filadelfia”, “La mujer de las dos caras”, “La costilla de Adán”, “Nacida ayer”, “La impetuosa”, “Chica para matrimonio”, “La actriz”, “La rubia fenómeno” o “My fair lady”, y también numerosos dramas, muchos de ellos con toques de thriller o adaptaciones de obras literarias: “Cuatro hermanitas”, “La gran aventura de Silvia”, “David Copperfield”, “Romeo y Julieta”, “Margarita Gautier”, “Un rostro de mujer”, “La llama sagrada”, “Luz que agoniza”, “Doble vida” o “Cruce de destinos”. Sin embargo, como todo buen artesano de la época, se abrió a otros géneros en los que también resaltó: el musical con “Ha nacido una estrella” (en el que vapuleaba a Hollywood), el western con “El pistolero de Cheyenne” o el fantástico con “El pájaro azul”.

Producida por Joseph L. Mankiewicz, “Historias de Filadelfia”, basada en la exitosísima obra homómina de teatro de Phillip Barry, es una de las grandes comedias de la década de los cuarenta y una de las grandes obras del genial George Cukor. Ambientada en el mundo de la alta sociedad norteamericana que tantas veces el director ha retratado, narra la historia de los días previos a una boda y de todos los personajes que alrededor del evento se mueven, personajes que están soberbiamente interpretados por un elenco de ensueño en total estado de gracia. Un magnífico Cary Grant da vida a C.K. Dexter Haven, un guaperas cínico y alcohólico que intenta boicotear la boda de su ex esposa Tracy Lord (una Katharine Hepburn que brilla con luz propia y que borda el mejor papel de la película, el de una rica arrogante y helada que no lo resultará ser tanto) con el prometedor y ambicioso trepa George Kittridge (otro grande John Howard) por medio del indiscreto trabajo de dos periodistas (ambos artistas fracasados y frustrados) de la prensa rosa más sensacionalista (otros brillantísimos James Stewart y Ruth Hussey) a los que Tracy debe ocultarles la relación de Seth Lord, su padre (divertidísimo John Hallyday), con una joven corista, relación que ella, muy snob, desprecia. El espectáculo de las relaciones personales está servido. George Cukor maneja la historia con toques de screwball comedy con una agilidad sin par y con su brillantez, lucidez y limpieza expositiva habitual, enfrentando a todos sus personajes en un mundo sofisticado y sibarita en el que lo que más importa son las apariencias y que queda satirizado sin piedad: la obra, cargada por cierto de diálogos antológicos e inteligentísimos, retrata con un agudísimo y casi cruel ojo crítico la hipocresía de las clases altas, su falsedad, su superficialidad, su poca humildad y consideración, sus ansias de poder y de popularidad, su ambición enfermiza a veces, su doble moral, sus vicios encubiertos, su egoísmo y esnobismo y, finalmente, la soledad en la que sus miembros terminan cayendo, además de la estupidez y superficialidad de la prensa rosa (y de los que trabajan en ella y de los que la compran). “Historias de Filadelfia” es un enfrentamiento encadenado entre todos sus personajes, entre sus concepciones del mundo y sus formas de actuar ante la vida que los desnuda a todos por completo presentándolos como son realmente: seres mezquinos y mediocres pero también tiernos y asustados (no hay maniqueísmos en el filme). Esta maravillosa comedia todavía no ha perdido un ápice de actualidad. Su humor inteligente todavía sigue desatando pasiones.

3 comentarios:

Dr. Quatermass dijo...

Vaya clasicazo compañero, 10/10 sin dudarlo.

Crowley dijo...

Doctor, le voy siguiendo los pasos jejeje. Yo esta vez, para discrepar, le voy a dar sólo un notable.
Saludos

elprimerhombre dijo...

Pues yo que la tengo desde hace tiempo y aún no la he visto!! De George Cukor sólo he visto La costilla de Adán y Luz que agoniza y las dos son muy buenas. Tengo una gran simpatía por la primera porque la considero una obra no redonda pero sí muy bien conseguida por juntar a esa gran pareja Tracy y Hepburn que hacen un papel inolvidable. Y juntar en esta a Cary Grant, Katherine Hepburn y James Stewart es como no poder tener más calidad para la historia.
Y si no me equivoco, una vez leí que en el libro "50 años de cine norteamericano", de un tal Coursodon y de Bertrand Tavernier, no dejaban muy bien a George Cukor. Quizás sus gustos no iban por ahí. Un saludo!