jueves, 10 de septiembre de 2009

EL LUGAR SIN LÍMITES de Arturo Ripstein – 1977 – (“El lugar sin límites”)


La Manuela, un travesti de mediana edad, sobrevive como buenamente puede con su hija La Japonesita en el prostíbulo de un pequeño y miserable pueblo casi deshabitado de las profundidades de México. Su modo de ganarse la vida está siendo amenazado: Don Alejo, el viejo cacique del lugar, quiere vender toda la localidad con su local incluido y, para coaccionar a sus ya pocos habitantes, ha cortado la luz permanentemente. Para colmo, algo más ocurre: un ahijado suyo, el joven y violento Pancho, vuelve por allí en el peor momento por una razón personal… Quiere algo que sólo La Manuela puede darle. La tragedia se va a precipitar sobre los habitantes de las ruinas del pueblo.

Discípulo de Luis Buñuel, Arturo Ripstein es uno de los más personales y famosos directores de México y también uno de los que mejor ha reflejado sus problemas y su sociedad en los últimos años. Cultivador del melodrama (a veces con toques de thriller y hasta de western moderno), sus filmes tienen una gran carca de crítica social y se centran especialmente en las existencias al límite que llevan los personajes marginales de este país, personajes perdidos y a menudo tan tiernos como terribles oprimidos por una realidad brutal o por un ambiente que les niega, les destruye o que les condena a la mencionada marginalidad. Asuntos muy recurrentes en su obra son la soledad, la fatalidad o la incapacidad de cambiar a pesar de todos los esfuerzos que se hagan. El México de Arturo Ripstein es un México sórdido, violento, sucio y cargado de colores y hasta de olores con un cierto tinte surrealista. Además de argumentos propios basados en lo que ve constantemente en las calles, en cualquier lugar, Ripstein es un genial adaptador de obras literarias y un maestro en traspasar a la pantalla las novelas o guiones de escritores del Boom Sudamericano o de otros relacionados con el “movimiento” como Gabriel García Márquez, José Donoso, Manuel Puig, Carlos Fuentes o Juan Rulfo. A menudo colabora con su esposa, la guionista de muchas de sus obras Paz Alicia Garciadiego. De una filmografía amplísima, debutó con “Tiempo de morir”, a la que siguieron “Juego peligroso”, “Los recuerdos del porvenir”, “Salón independiente”, “La hora de los niños”, “Exorcismos”, “Crimen”, “La belleza”, “El naúfrago de la Calle de la Providencia”, “El castillo de la pureza”, “El Santo Oficio”, “Foxtrot”, “La causa”, “El palacio negro”, “El borracho”, “La viuda negra”, la comentada “El lugar sin límites”, “Cadena perpetua”, “La tía Alejandra”, “La ilegal”, “La seducción”, “Rastro de muerte”, “El otro”, “El Imperio de la Fortuna”, “Mentiras piadosas”, “La mujer del puerto”, “Principio y fin”, “La Reina de la noche”, “Profundo carmesí”, “El Evangelio de las Maravillas”, “El coronel no tiene quien le escriba”, “La perdición de los hombres”, “Así es la vida”, “La virgen de la lujuria” y “Carnaval de Sodoma”.

Basada en la genial novela homónima del gran chileno José Donoso, “El lugar sin límites” es una de las películas más redondas de Arturo Ripstein y una de las que mejor condensa la idiosincrasia de su cine. Ambientada en un pueblo miserable del Mexico profundo, presenta la vida coral de un grupo de desheredados marginales que se mueve constantemente entre la ternura y la violencia. En un prostíbulo de mala muerte sobreviven como pueden La Manuela, un travesti de mediana edad, y su joven hija prostituta, la Japonesita: ambos seres, solos y perdidos, verán cambiar sus vidas radicalmente cuando aparezca en escena un hombre tan deseado como peligroso para ambos y cuando su manera de ganarse el pan sea amenazada por el cacique del lugar. Las pasiones estallan en un Mexico cargado de colores y de surrealismo, pero también de un naturalismo terrible y patético que sume a sus pobladores en la fatalidad y, finalmente, en la catársis, unida a la violencia más cruda y brutal. Ripstein pasa con su ojo agudo y, sin embargo, comprensivo, por asuntos como el machismo, la misoginia, la soledad, el odio y el rencor, la marginalidad, la hipocresía, la homofobia y critica además el más descarado de los caciquismos, caciquismo permitido por un gobierno corrupto. “El lugar sin límites” está además animada por un reparto excelente (con un Roberto Cobo en estado de gracia como La Manuela). Maravillosa obra maestra del cine mexicano.

1 comentario:

Crowley dijo...

Coincido plenamente contigo en que es una obra maestra absoluta. Nada más que añadir a tu estupendo post
Saludos