viernes, 22 de enero de 2010

PASCUAL DUARTE de Ricardo Franco – 1976 – (“Pascual Duarte”)


Pascual Duarte vive con su familia en una vieja casa de campo de las profundidades de Extremadura. Condenado a una vida de miseria y de opresión, sale adelante como puede haciendo todo tipo de trabajos, legales e ilegales. Su hermana se marcha con un chulo, su mujer pierde a su hijo, mantiene una gran rivalidad con su madre, a la que odia, y está subyugado por el cacique rico de su pueblo. Pascual Duarte un día mata de un tiro a su perra. Es el comienzo de su verdadera existencia: éste ha sido sólo el primero de sus asesinatos.

Sobrino del incombustible Jesús Franco, el fallecido Ricardo Franco fue uno de los directores más personales y polémicos del cine español, creador de obras de naturaleza social la mayoría que presentan conflictos de personajes perdidos y contradictorios que, a menudo poseídos por la fatalidad, luchan por la libertad y/o por el amor en un mundo decepcionante, injusto u opresivo contra el que en ocasiones toman medidas desesperadas. Su estilo es naturalista, muy directo, sobrio, seco y hasta brutal, aunque siempre cuentan sus obras con un poderoso halo de lirismo. Ha tocado una amplia variedad de géneros y, en casi todas las ocasiones, al igual que su tío (aunque algo menos radical) ha preferido la obra independiente por encima de la comercial o de la ajustada a las exigencias políticas y/o sociales de su momento. Ha tenido, gracias a esta actitud, problemas con la censura, especialmente en sus primeros trabajos, rodados durante los últimos años de la dictadura franquista. Sin embargo, a pesar de esto, en alguna ocasión ha realizado, ya sobre todo tras la llegada de la democracia, alguna que otra cinta de encargo o directamente menor que ha empañado su carrera, irregular por momentos a pesar de contar con películas geniales. Debutó con el filme político prohibido en su día “El desastre de Annual”, tras el que llegó el comentado “Pascual Duarte” y el drama “Los restos del naufragio”. Se completa su filmografía con la comedia “Gringo mojado”, con la película de aventuras “El sueño de Tánger”, con el musical “Berlín Blues”, con el excelente documental “Después de tantos años” (secuela de la mítica “El Desencanto” de Jaime Chávarri), con la horrible nueva comedia “¡Oh, cielos!” (una de sus peores películas con diferencia) y con los dramas “La buena estrella” y “Lágrimas negras”, que le despidieron de manera inmejorable. Murió en 1998 de un repentino ataque al corazón.

La gran novela de Camilo José Cela “La familia de Pascual Duarte” tuvo dos intentos de adaptación antes de que por fin saliera adelante el de Ricardo Franco, que vino apadrinado por Elías Querejeta: uno por parte de Fernando Fernán Gómez y otro por parte del italiano Marco Bellochio (hubo incluso un rumor que decía que Sam Peckinpah, gran amante de la literatura de Cela –lo cual se nota de sobra en su cine- quiso rodar el filme). La de Ricardo Franco, escrita en colaboración con el propio Querejeta y con Emilio Martínez-Lázaro, es una versión inmejorable del clásico literario. A pesar de los numerosos problemas que tuvo la cinta con la censura de la ya agonizante dictadura de Francisco Franco logró salir adelante presentado la misma historia que la de la obra original, la historia de un campesino pobre de las profundidades de Extremadura que, sometido por un ambiente de total miseria, opresión y odio, se convierte en un terrible criminal que es juzgado y ajusticiado por otros criminales peores incluso que él. Interpretado de manera soberbia por un hierático y verdaderamente temible José Luis Gómez, Pascual Duarte personifica al hombre humilde que se transforma en un monstruo por culpa de la sociedad en la que vive. Con un estilo tremendamente sobrio, directísimo, cargado de brutalidad y cimientado en unos larguísimos planos generales son narradas sus desventuras, que transcurren en unos inmensos paisajes naturales desérticos tan hermosos como agónicos. Ricardo Franco logra hacer de su adaptación una obra profundamente propia sin desviarse de la trama original retratando a Pascual como un indivído retraído, solitario, siempre acechante y siempre en silencio y, sobre todo, hastiado, hastiado hasta la pura deshumanización. La visceralidad de la obra de Cela desaparece casi por completo para dar paso a una violencia helada que estalla tras largos silencios cargados de tensión (magistral el asesinato de la madre del protagonista). Pascual Duarte mata de manera casi infantil, sin pensar, sin mirar ni adelante ni atrás, y en esta caracterización del personaje está la gran innovación de esta película, una de las obras maestras más personales y olvidadas de nuestro cine. El desenlace es del todo inolvidable y todavía hoy pone los pelos de punta.

1 comentario:

älice dijo...

me podrias decir donde puedo ver la pelicula completa? te lo agradeceria