lunes, 8 de marzo de 2010

LOS JUNCOS SALVAJES de André Téchiné – 1994 – (“Les roseaux savages”)


1962. En un pequeño pueblo del interior de Francia, cuatro jóvenes se convierten en adultos. François ha descubierto que le gustan los hombres y está enamorado de su amigo Serge, que no le corresponde porque, según dice, le gustan las mujeres. Maité, amiga de ambos y férrea militante comunista, como su madre, detesta a un chico mayor que ellos del instituto que, a su vez, la detesta a ella por su ideología, ya que es derechista radical. Sin embargo, en su interior, se siente intrigada por él… Mientras la Guerra de Argelia divide a todo el país, sus cuatro vidas se van a unir en una sola.

André Téchiné es uno de los cineastas franceses modernos y posteriores a la Nouvelle Vague más importantes de su país. En un tiempo en el que abundan los directores pedantes, amantes de los diálogos barrocos y obsesionados con extraer poesía de cada segundo de metraje forzando el lirismo de mala manera, Téchiné se erige (y lleva cuatro décadas haciéndolo) como un abanderado de la sencillez y de la limpieza visual y argumental, sencillez y limpieza de las que extrae, con una naturalidad extraordinaria, un delicado y nada forzado lirismo cotidiano. Sus historias, casi todas dramas de gran aliento intimista, se desarrollan a menudo en el pasado reciente de Francia o de culturas que han estado relacionadas con la francesa, aunque también ha retratado muchas veces su propio momento. Sus personajes, a menudo perdidos emocionalmente e inmersos en una sociedad hostil o en pleno cambio violento, suelen estar sumergidos en procesos de descubrimiento del exterior o de sí mismos que les arrastran a serias crisis que les forman y les permiten progresar. Sus películas, de una honestísima lucidez social que no elude la crítica aguda, desarrollan sinceros retratos de mujeres luchadoras, de jóvenes cargados de dudas, de rebeldes y de marginados que combaten contra la corriente o por sus ideas, sean cuales sean. En sus obras el erotismo tiene un papel predominante, erotismo que aparece (y aquí Téchiné recuerda mucho a Louis Malle) como un valor humano, como una vía de escape de todo lo odioso y como un camino de dignificación. Este erotismo muchas veces viene asociado a espléndidos paisajes fotografiados con una deliciosa maestría. Es André Téchiné un excelente adaptador de obras literarias y un fabuloso director de actores y, especialmente, de actrices. Entre su prolífica filmografía destacan “Barocco”, “Las hermanas Brontë”,“Rendez-vous”, “En la boca, no”, “Mi estación preferida”, “Los juncos salvajes”, “Los ladrones”, “Alice y Martín”, “Lejos”, “Fugitivos” y “Otros tiempos”.

“Los juncos salvajes” es un drama iniciático sobre cuatro jóvenes que descubren el mundo y que se descubren a sí mismos en una época turbulenta de la Francia del siglo XX: la Guerra de Argelia. Dividiéndolos en dos grupos independientes aunque íntimamente relacionados, André Téchiné expone, por medio ellos, dos conflictos distintos que se dan y que nunca dejarán de darse en la vida de cualquier adolescente: el sexual y amoroso y el ideológico. En el primero encontramos la historia de amor y de desamor de François y Serge. François descubre que se siente atraído por los hombres y se enamora de Serge, que en un principio le corresponde aunque, finalmente, le rechaza por las mujeres. François comienza, a causa de esto, un terrible camino de soledad y de frustración, ya que no sólo tiene que olvidar a su amor, sino que además no encuentra ayuda ni personas como él en el pequeño pueblo en el que vive. En el segundo, se desarrolla la relación de recelo que tienen dos amigos de éstos, una chica militante comunista y un chico, algo más mayor que el resto, de derechas y que desprecia a los izquierdistas de cualquier tipo. Téchiné se aleja de todo maniqueísmo para retratar esta relación dejando bien claro que ambos, totalmente intransigentes con una ideología que no sea la suya, actúan por prejuicios, por frustraciones y por ideas inculcadas desde su infancia: ella por la educación de una madre con un pasado triste que, profesora, califica a sus alumnos según sus ideas políticas; él por haber vivido muchos años en una Argelia que ha sido un campo de batalla y que en esos momentos está ya plenamente sacudida por la guerra. El filme desarrolla estas relaciones en un espacio idílico pero no alejado de la situación política del momento: un pequeño pueblo que sirve al autor del filme para retratar, una vez más, la delicada naturaleza llena de poesía que ha retratado en tantas otras de sus obras. “Los juncos salvajes” es un genial drama que, con un intimismo muy suave y una poesía casi naturalista, hace de la sencillez su gran baza. Una genial película que nunca perderá toda su frescura, su buen hacer y su profunda hondura.

4 comentarios:

Cinemagnificus dijo...

Dedicado, offffffff course, a mi Greek Lady preferida, la que me descubrió esta maravillosa obra maestra francesa ;)

ethan dijo...

Magnifica peli. Con tres personajes que empiezan perdidos y terminan encontrándose, (muy buena secuencia final, muy Renoir) mientras se lucha en Argelia...

JAVI dijo...

El cine francés desde la nouvelle vague en general me parece un poco cargante (no es bueno generalizar)y efectivamente Techiné es más fresco y actual.

Saludos.

dvd dijo...

No la he visto, pero la apunto...