jueves, 10 de junio de 2010

HOSTEL II de Eli Roth – 2007 – (“Hostel. Part II”)


Whitney, Beth y Lorna, estudiantes norteamericanas en Roma, viajan durante unas vacaciones a Eslovaquia en busca de fiestas, ligues y emociones fuertes. Allí se alojan en una residencia para jóvenes en la que la juerga es constante. No lo saben, pero algo terrible va a ocurrirles…

“Hostel II”, rodada por Eli Roth en menos de un año tras el gran éxito de su anterior película, contiene todos los defectos de ésta y todavía más. La historia vuelve a ser la misma, aunque en esta ocasión las desdichadas protagonistas son tres chicas que, de juerga en juerga, van a parar a la vergonzosa Eslovaquia de posguerra que el director se ha inventado, en donde como es de esperar son torturadas hasta la muerte con procedimientos todavía más brutales y morbosos que los de la anterior entrega. Se pueden imaginar lo que toca: una primera mitad de película intrascendente de casi completo relleno (salvo por dos o tres apuntes argumentales entre los que se encuentra el manido asesinato del protagonista de la anterior cinta durante los cinco primeros minutos) cargada de tontas andanzas de jovencitas guapas y tíos cachas y una segunda mitad de sangre y vísceras desbocadas de la que únicamente se salvan tres escenas (el homenaje a la temible Condesa Bathory, el asesinato del niño –sorprende, todo sea dicho- y el desenlace con los testículos cortados). De nuevo, Roth quiere retratar el lado más oscuro de la decadencia humana y de nuevo falla porque su película no sale de lo puramente efectista y superficial. En “Hostel II” encontramos una violencia brutal y descarnada tremendamente sádica que por momentos duele a la vista (no hay que negarlo tampoco) y que se ha visto mucho más “refinada” que la de la primera parte debido al mayor presupuesto disponible (salvo una escena en concreto –la del ojo arrancado- “Hostel” no aportaba nada nuevo para el mundo del gore). Sin embargo, esta violencia tan cruda y barroca no dice nada porque está únicamente destinada a contentar a un público morboso que sólo quiere que le sorprendan sin cesar con torturas cada vez más rebuscadas (el mismo que disfruta con las tristes secuelas de “Saw”). En este sentido, como comedia gore “Hostel II” funciona mejor que su antecesora (aunque de manera irregular por la poca imaginación que el conjunto destila) mientras que como drama o retrato crítico de lo peor de nuestra raza es totalmente estéril. Los personajes estan vacíos, desde los mafiosos que dirigen el cotarro hasta las víctimas pasando por los torturadores, planos y tópicos hasta decir basta. Por otra parte, las relaciones que se dan entre ellos son ya hasta incoherentes y están forzadísimas. Para terminar, decir que el desenlace (pretenciosísimo y realmente muy vulgar) es la chorrada más enorme que he podido ver en mucho tiempo. “Hostel” era un espectáculo pirotécnico de sangre con pretensiones de drama social y de producto autoral gore que se quedaba en una masacre juvenil del montón. Su primera secuela es lo mismo pero infinitamente peor: un estrambótico circo de carne vacío que para colmo intenta dar gato por liebre con una supuesta amoralidad y una hondura psicológica que no tiene. Una pura y total estafa únicamente disfrutable si se ve desde un punto de vista cómico (y vista así apenas divierte y se encuentra a años luz de grandes entretenimientos gore como la trilogía de "Posesión Infernal" o "Braindead").

No hay comentarios: