miércoles, 18 de agosto de 2010

PIRATAS DEL CARIBE: EN EL FIN DEL MUNDO de Gore Verbinski – 2007 – (“Pirates of the Caribbean: At world’s end”)


La Compañía de las Indias Orientales se ha aliado con el malvado Davy Jones, el demonio de los mares, con un objetivo: erradicar la piratería de todo el mundo. Sólo hay una esperanza: que los grandes jefes piratas se unan para acabar con ellos. Sin embargo, uno de estos jefes falta: el capitán Jack Sparrow, que está atrapado en el mundo perdido de Davy Jones. Will y Elizabeth han de encontrarlo antes de partir hacia la batalla final. El camino que les espera es muy peligroso, pero tienen nuevos aliados: el capitán Barbossa, que ha vuelto del mundo de los muertos, y el capitán Sao Feng, uno de los señores piratas de oriente.

Nadie sabía qué esperar, en el día de su estreno, de esta hasta ahora última parte de las aventuras de los Piratas del Caribe, entre otras cosas porque la anterior, un prólogo de ella, dejaba pocas pistas de lo que podía ser. ¿Un resurgimiento de la saga? ¿Otra película mediocre más o menos divertida? ¿Un nuevo bodrio para la cartelera comercial? Lo último de todo fue, por desgracia, lo que la mayoría del público se encontró. Y una vez más la culpa fue del guión. “Piratas del Caribe: El cofre del hombre muerto” tenía también este problema, especialmente por su condición de simple prólogo (de dos horas y media) de la que hoy nos ocupa compuesto por un cuerpo de acción incesante aderezado con unos cuantos apuntes argumentales. Sin embargo, y a pesar de este gran lastre que la hundía casi por completo, resultó ser una película por lo menos coherente. Lo que ya no es “Piratas del Caribe: En el fin del mundo”, un infumable batiburrillo inconexo y precipitado lleno de lagunas argumentales (algunas hasta de bulto). La historia narra la búsqueda del perdido Jack Sparrow por parte de sus amigos y de sus viejos enemigos y el posterior enfrentamiento de todos los piratas de todos los mares contra la flota de la Compañía de las Indias Orientales, que se ha aliado con el malvado Davy Jones. Como se puede observar, la trama es bien simple… Pero una vez más está pésimamente llevada. Si el pecado de la segunda parte de la trilogía era su poca trascendencia argumental, el de la tercera es precisamente el contrario, pero desde el peor de los sentidos: en la segunda se ha contado y resuelto tan poco que hay que soltar todo lo que queda por soltar en la tercera, y además de golpe. Así, la película, que vuelve a tener un metraje de dos horas y media, es, además de una imparable cascada de escenas de acción, también una imparable cascada de hechos, y ahora los que están metidos con calzador son precisamente éstos, que por su cantidad y por su frenético discurrir acaban ahogando al espectador. Pero, por si fuera poco, tiene este guión además una estructura farragosa y gratuitamente retorcida que no ayuda en absoluto a su comprensión. Llega un momento en el que nadie sabe qué está pasando exactamente y quien está en cada bando y por qué. Los personajes también se resienten: de la manera más absurda los guionistas sacan de la historia a caracteres clave de la anterior entrega: el Kraken y el Comodoro James Norrington. Es especialmente estúpida la manera de morir que tiene el primero, que demuestra la pésima planificación que han tenido las dos películas desde un principio. Por otra parte, el nuevo pirata interpretado por Chow Yun-Fat no aporta absolutamente nada a la trama salvo la forzada concesión del título de jefa de su flota a Elizabeth Swann, que, al igual que Will Turner, termina convirtiéndose en una pirata de la manera más tonta. Sin embargo, el desastre más grande viene con la historia de amor de Davy Jones y de Calipso, que se queda completamente colgada después de una vergonzante escena en la que la segunda se convierte en una gigante y explota desatando una tormenta (¿tanta leyenda y tanto cuento con Calipso para esta chorrada?). Jones, por cierto, pierde una notable importancia en la trama: supuestamente es el villano principal, pero su historia personal no avanza y se ve ensombrecido por el líder de la Compañía de las Indias Orientales. Sólo dos personajes conservan algo de frescura: Jack Sparrow, graciosillo, y el capitán Barbossa, acertadamente recuperado. Para terminar, decir que las escenas de acción han perdido inventiva, el humor es menos efectivo y más facilón y hay cabos sueltos por todas partes (el papel de Calipso, la muerte del Kraken, la explicación del “mundo de Davy Jones”, la batalla final en la que sólo lucha el barco de los protagonistas…). Un total desastre. Y otra saga que se cargan vilmente. ¿Por qué siempre tiene que pasar lo mismo?

6 comentarios:

Anónimo dijo...

No es tan mala la tercera, hombre... Has sido un poco destroyer con esta saga. Es cine sin pretensiones aunque la primera es verdad que no tiene comparación.

Möbius el Crononauta dijo...

Entretenida saga piratil

Anónimo dijo...

¿Como que no es mala? Es una sobreana basura. Un asco de pelicula. Una cosa es hacer un cine sin mayor pretension que entrener, otra muy distinta es relatar tan mal una historia estupida. Es un asco de pelicula.

Zeitzler dijo...

Pues a mí me gustó, pero es que no esperaba nada en especial cuando la ví.

hip hop dijo...

me gusta este Blog..

Gorras Planas dijo...

Muy Interesante..