domingo, 19 de julio de 2009

FUNNY GAMES de Michael Haneke – 1997 – (“Funny Games”)


Una familia burguesa normal y corriente compuesta por un matrimonio y un hijo pequeño se marcha de vacaciones a su mansión a las orillas de un gran lago. Allí, mientras el padre navega con el hijo, la madre, que prepara la cena en la casa, recibe la visita de dos extraños y fríos jóvenes que le piden huevos en una actitud muy sospechosa. Una pesadilla sin final está a punto de comenzar para esta familia…

Al austriaco Michael Haneke se le pueden reprochar muchas cosas (desde buscar conscientemente el escándalo efectista hasta haberse finalmente vendido a Hollywood), pero, desde luego, no se le puede acusar de no haber sido trasgresor (por lo menos en sus inicios). Su estilo es simple, sencillo y conciso, directísimo, impactante y brutal, crudo hasta extremos insospechados y totalmente desprejuiciado en todos los aspectos. Su narrativa, lineal en muchas ocasiones, juega malévolamente en muchas otras con el tiempo y el espacio tanto cinematográficos como reales, con el metacine y con los mismos espectadores, a los que, según él mismo, no hay que conceder ningún poder sobre lo oque ocurre en la pantalla. Ha tratado con una visión terriblemente lúcida y polémica asuntos del mundo moderno como la violencia tanto física como psíquica (a la que ha llegado a dedicar una trilogía) y la fascinación que ejerce en todos nosotros, los medios de comunicación de masas, el sexo y el miedo y el rechazo que aún hoy provoca, las relaciones de todo tipo (de pareja, padres e hijos, amistad, profesionales, de dominación y sumisión pura…) el racismo y los prejuicios, la intolerancia, la locura y el terror que laten tras lo aparentemente ordenado de una civilización deshumanizada, esta misma deshumanización y la soledad y las frustraciones y traumas que provoca en las personas que en ella viven. Hay un hecho que se repite en muchas de sus obras: la irrupción repentina y frontal de algo monstruoso y odioso en la vida cotidiana de seres que a menudo pertenecen a una burguesía básicamente acomodada. Su filmografía se compone de la mencionada “Trilogía de la Violencia”, compuesta por “El séptimo continente”, “El vídeo de Benny” y “71 fragmentos de una cronología del azar”; la obra de “ampliación” de esta trilogía “Funny Games”, la adaptación de la obra homónima de Franz Kafka “El castillo”, el retrato coral “Código desconocido”, el drama “La pianista”, el filme post-apocalíptico “El tiempo del lobo”, el thriller “Caché (Escondido)” y el remake de “Funny Games” rodado en los USA, película por la que ha sido duramente criticado y acusado de haberse traicionado (lo cual hasta cierto punto es verdad, sobre todo tras haber él criticado tan duramente al cine comercial y a los que hacen concesiones a la industria en otro tiempo).

“Funny Games” es una de las películas más indignantes y que más rabia pueden producir en un espectador vistas en mucho tiempo. Se narra en ella algo que ya hemos contemplado en películas igualmente brutales y polémicas en su momento como “La naranja mecánica” o “Perros de paja”: la invasión de un hogar familiar por parte de unos despreciables, crueles y salvajes desconocidos. Sin embargo, Michael Haneke lo plantea todo como una especie de “snuff movie” que los espectadores están obligados a ver casi de forma involuntaria por lo inesperado de la propuesta: los asaltantes de la casa saben que les miran, e interactúan con el público sin que sus víctimas lo sepan o sin que puedan hacer algo contra ello. Una familia burguesa compuesta por un matrimonio de mediana edad y un hijo pequeño es retenida en su mansión por dos jóvenes fríos y completamente indiferentes al dolor ajeno que les hacen pasar por todo tipo de humillaciones y torturas y que, en su periplo, sonríen a la cámara, le guiñan un ojo e incluso le piden su opinión sobre lo que están haciendo con sus secuestrados. Queda claro el punto de mira al que se dirige Haneke: critica sin piedad la violencia en la que está sumergida la sociedad actual, pero, además, critica el hecho de que a todos nos fascine mientras la veamos desde un punto de alejamiento como es la televisión, un medio destinado a idiotizar a las masas para hacerlas más dóciles e inhumanas de lo que ya son. “Funny Games” es una película que molesta, que produce asco, que revuelve las tripas. Su descorazonador desenlace deja con la bilis en los labios a los que la degustan mientras la pesadilla no termina… El momento del mando a distancia, alabado por unos y odiado profundamente por otros (el objetivo de Haneke no es otro que éste) es verdaderamente inolvidable: no hay salvación posible y todo vale con tal de que el espectáculo siga adelante, con tal de que el morbo no pare. “Funny Games” fue la obra maestra que terminó, definitivamente, de lanzar a la fama a su creador, obra que ha tenido un discutidísimo remake en el año 2007, diez después de su estreno.

1 comentario:

William De Baskerville dijo...

la verdad es que las segundas partes me ponen de los nervios, a menos que sea necesario por continuar la historia, pero eso serian trilogias. salvo rara excepciones.

Tampoco entiendo el remake del Funny Games que comenta, si no cambia nada y con tan solo 10 años de diferencia.

He estado tentado de verlas,Desde luego que de ver alguna veria la primera, aunque me lo pensaré, porque lo que ha comentado comparando la sensación con Perros de paja, ya me pone nervioso, aun admirandola.

yo creo que las películas originales aún en su tiempo, deberian dejarlas tal como están. Porque lo nuevo como no sea para dar un espectaculo de efectos, el copiarla es como dice: una tomadura de pelo. Aunque se puedan mejorar en fotografia o en darle un lavado a caras nuevas.

Yo creo que salen rentables por desconocimiento de lo anterior.
Si alguien en la actualidad hace algún remake del pasado con muchisimo más presupuesto que en su dia tenia el original, pues seduce y embellece la original idea anterior que no disponia de el.

No sé, estoy espesísimo.


Saludos!.