martes, 15 de septiembre de 2009

JACKIE BROWN de Quentin Tarantino – 1997 – (“Jackie Brown”)


Jackie Brown ha alcanzado los cuarenta años y es azafata de avión de una compañía pequeña y mediocre. Necesitada de dinero debido a un triste pasado criminal que le impide hacerse con un trabajo mejor, se saca un ingreso extra como "mensajera de drogas" para el desconsiderado y brutal mafioso Robbie, que la desprecia y la maltrata. Un día, Jackie es sorprendia en la aduana con un pedido para él. Sólo le queda una salida para no ir a la cárcel: ayudar a la policía a pillar a Robbie… Un nuevo trabajo muy arriesgado pero que tampoco está tal mal y que le va a permitir incluso redimirse y encontrar el amor.

Después de rodar las geniales “Reservoir Dogs” y “Pulp Fiction”, Quentin Tarantino rodó su única película totalmente “seria” hasta la fecha, esta en un principio vilipendiada “Jackie Brown”, una película que, a pesar de seguir contando con numerosos toques tarantinescos, no podía inscribirse en la línea de comedia negra de las dos anteriores, la línea que en su momento todos esperábamos que en ella Tarantino mantuviese cuando la vimos. Por eso nos decepcionó. No supimos ver que “Jackie Brown” era una película aparte, y negando que su creador pudiera tener otro estilo distinto al que ya había experimentado, la menospreciamos injustamente. Ahora creo que habría que reivindicarla, porque es una excelente película negra. Seguimos encontrando en ella personajes estrambóticos, policías y delincuentes de poca monta, a caballo entre brutales y tiernos, sumergidos en conversaciones absurdas que se balancean entre lo zafio y lo hondo; seguimos encontrando un tratamiento completamente desprejuiciado de la violencia física y psíquica y muchos toques de humor negrísimo, mucha sangre y muchas armas, y también el clásico constante juego de referencias culturales y contraculturales que existe en todas las películas del autor, además de que “Jackie Brown” es, a pesar de tener una protagonista más o menos principal, una historia coral en donde cada personaje hace su propia pirueta. Sin embargo, la narrativa de esta gran cinta se nos presenta en todo momento más sobria y pausada que la de “Reservoir Dogs” y “Pulp Fiction”, y también más lineal. Tarantino buscaba, tal vez, en este filme, despojarse de artificios para redondear una película negra más cercana al clasicismo que las anteriores, aunque también con sus toques de modernismo. La estética y la banda sonora son un sentido y nostálgico homenaje al cine setentero y a la serie B, y en concreto al género del “blaixplotation”, personificado en la protagonista, una excelente y cautivadora Pam Grier a la que Tarantino, como a John Travolta en su momento y como actualmente está intentando hacer con Michael Madsen o como intentó con el recientemente fallecido David Carradine, da un papel importante para intentar revitalizar su carrera, entonces de capa caída. El resto de los actores están también geniales: Samuel L. Jackson crea a uno de sus grandes personajes (injustamente olvidado el inolvidable Robbie), Robert De Niro es verdaderamente entrañable, Michael Keaton muy solvente, Bridget Fonda divertida yRobert Forster está como nunca, sobrio, comedido y destilando amor por todos sus poros (tal vez el mejor carácter del filme junto a Grier y Jackson, con los que instaura una genial trilogía de personajes interrelacionados). La trama, que comienza como un retrato humorístico más del mundo de las mafias y de los traficantes de drogas y armas, termina resultando una mezcla entre drama y comedia redentores con un desenlace inesperdamente tierno y resuelto con un comedimiento y una madurez ejemplar. “Jackie Brown” es un filme que hay que reivindicar sin parar.

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