martes, 15 de septiembre de 2009

PULP FICTION de Quentin Tarantino – 1994 - ("Pulp Fiction")


Los jóvenes Pumpkin y Honey Bunny se aman locamente, y por eso van a cometer un atraco en la cafetería en la que están sentados desayunando. Vincent y Jules son dos asesinos a sueldo que pasan por una tremenda crisis personal: Vincent se siente atraído por la bella actriz fracasada Mia, que le sigue el juego a pesar de que es la mujer de su jefe, el poderoso mafioso Marsellus Wallace; y Jules se está planteando dejar su existencia criminal porque un milagro le ha salvado de morir en un tiroteo. Butch es un boxeador que ha hecho un trato con Marsellus: tiene que perder el combate que éste ha amañando. Pero no lo pierde, y ahora tiene que huir rápidamente de Los Angeles, la ciudad en la que todo se desarrolla… Todas estas historias se unen en una única gran historia.

Después de su debut con la genial e imprescindible “Reservoir Dogs”, Quentin Tarantino terminó de darle su vuelta de tuerca definitiva al género negro tradicional con “Pulp Fiction”, su segunda obra, la película que terminó de confirmarle como uno de los cineastas más originales y renovadores de su tiempo y que le instaló en el podio de un cine comercial de cierta independencia en las formas y en el fondo que creó adeptos, fanáticos y mediocres copistas de su estilo por todo el mundo. Llegó la tarantinomanía y con ella la supersobrevaloración de este cineasta, que no es un mal creador pero que (y se ha demostrado con el tiempo) tampoco es el maestro del séptimo arte que muchos siguen pensando que es. Como “Reservoir Dogs”, “Pulp Fiction” (homenaje a las míticas revistas negras baratas “pulp”) hace de un atracón de vistosa violencia un espectáculo cotidiano de variedades de humor negro, romance, intrigas y constantes referencias culturales y contraculturales norteamericanas en donde el tratamiento de la mencionada violencia es completamente surrealista y delirante, desprejuiciado y hasta alegre, mezclando el humor más inteligente o más canalla con macabras o aberrantes escenas de inusitada brutalidad e, incluso, momentos ciertamentes intimistas y delicados (“Pulp Fiction” tiene algunas geniales escenas de puro drama triste y desolador). Narra Tarantino en su película más famosa un grupo de historias de varios personajes del mundillo de la mafia que se muestran aparentemente desordenadas pero que en realidad se encuentran meticulosamente atadas en un soberbio orden/desorden interno que propicia que se vaya saltando de una a otra e incluso del pasado al presente sin que el espectador se note pertido y haciendo, además, que se rompan ciertos convencionalismos narrativos del cine más tradicional (por ejemplo, hay personajes que pueden morir a mitad de la película para aparecer “vivos” más tarde). Es el de “Pulp Fiction” todo un mundo de azar y de casualidades, de pura arbitrariedad. Los diálogos, que van de “hondos” a triviales, tienen una agilidad pasmosa para fluir y enganchar al espectador sin que éste siquiera se percate de ello, así como el ritmo y el genial montaje, que hacen que casi tres horas de película se pasen en un vuelo (y uno/a quiera más todavía). Los personajes, todos del mundo del crimen de la poca monta o de sus arrabales, son, como viene siendo habitual en Tarantino, bizarros y humanísimos, tan mediocres como dignos, a veces rastreros, a veces grandes, y están interpretados por un magnífico elenco de actores en el que todos sobresalen y brillan con esplendor. Conflictos de amor y amistad se mueven entre ellos, de fidelidad a otros o a uno mismo y de lucha por la vida. Una de las grandes tragicomedias de los noventa.

1 comentario:

Mr. Shhh dijo...

A mi entender el Tarantino de esa época nunca podrá ser superado por versiones futuras de él mismo, mejor dicho, nunca va volver a hacer películas al nivel de Resevoir Dogs o Pulp Fiction.