jueves, 8 de octubre de 2009

THE HOST de Bong Joon-Ho – 2006 – (“Gwoemul”)


Un día como otro cualquiera aparece en Seúl, surgido de las aguas del río Han, un horripilante monstruo que empieza a devorar a todo el que sale a su paso. El Gobierno, ante la aparente imposibilidad de eliminarlo, encierra en cuarentena a todos los que han tenido contacto con la bestia mientras decide qué medidas drásticas tomar para matarla. Ante este hecho, la familia de Gang-Du, que ha visto cómo su hija era raptada por la criatura, decide fugarse e intentar, con sus propios medios, rescatarla. Mientras, en toda Corea del Sur reina el caos y las manifestaciones contra el poder cada día son más violentas.

Bong Joon-Ho es una de las jóvenes promesas del cine coreano actual. Es todavía muy pronto para valorar su carrera, ya que solamente tiene cuatro películas rodadas hasta la fecha. Se puede observar ya que en sus obras, hasta este momento de tres géneros radicalmente distintos, se hace una crítica de la oscura sociedad del pasado y del presente su país y de más allá. Sus tramas están llenas de enigmas que muchas veces quedan sin resolver, enigmas que son una excusa para mostrar una realidad miserable, decadente o falsa y las reacciones de los que en ella viven. Es, además, un genial creador de ambientes oníricos, enrarecidos y, a veces, prácticamente surrealistas. Su primer filme es una comedia: “Perro ladrador, poco mordedor”, mientras que el segundo es un thriller negro: “Memories of murder” y el tercero una clásica película “de monstruos”, “The Host”. El cuarto es un nuevo thriller llamado “Madre”.

“The Host” puede colocarse sin problemas dentro del género de las películas “de monstruos”, aunque sus intenciones van mucho más allá de retratar la típica historia de terror en la que los humanos han de escapar de las garras de la clásica criatura mutante o sobrenatural que ataca su mundo. La historia es tremendamente simple: un ser aberrante, híbrido de varias criaturas capaz de vivir dentro y fuera del agua y con una gran fuerza y agilidad, aparece un día cualquiera en Seúl, en el río Han, y comienza a atacar a las personas para devorarlas. El monstruo es producto de la contaminación, y el Gobierno de Corea del Sur, junto al de diversas naciones poderosas como los Estados Unidos, intenta en vano pararle los pies, lo que trae una declaración de alerta que produce una crisis en el país que se amplía a parte del planeta. En este ambiente de caos y de destrucción, una familia compuesta por un viejo padre y tres hermanos de edad madura, decide escapar del centro de internamiento para personas que han tenido contacto con la bestia con el objetivo de rescatar a la hija de uno de ellos, supuestamente devorada por el monstruo pero de cuyo teléfono móvil han localizado una llamada. Los tres hermanos, un licenciado universitario en paro alcohólico, una tiradora profesional demasiado lenta y el padre de la chica, estrambótico, desordenado y algo retrasado, tendrán que unir sus fuerzas junto a la del padre, dueño de un kiosco, para superar sus defectos y traer de vuelta a la menor de la familia. Esta es la excusa: el rescate (lo que no quita que los personajes estén desarrollados en su justa medida); la excusa para exponer una lúcida y desencantada crítica a una sociedad supuestamente civilizada incapaz de hacer frente a cualquier catástrofe de gran magnitud. “The Host”, bajo la trama del referido monstruo hambriento de seres humanos, esconde un fabuloso retrato de la corrupción gubernamental: vamos a observar como, ante el pánico generalizado, se opta por engañar al pueblo y utilizarle (y cuando el engaño no es suficiente, la represión directa lo tendrá que ser) y cómo se recurre, tras oscuras intrigas políticas que nunca quedan claras, a una solución fácil y peligrosa para matar al ser mutado, que, precisamente, ha surgido de “soluciones” como esa misma (el mensaje ecologista queda bien patente, homenajeando tal vez al clásico “Godzilla”). Bong Joon-Ho mezcla sin prejuicios y con una habilidad sin par la acción más frenética con el terror y la pura comedia con el drama más lírico, sumergiendo al espectador en un ambiente oscuro, lluvioso y opresivo con algún rasgo poético y absurdo. Hay lugar para reír, y también para sufrir y para lanzar sutiles referencias a conflictos actuales como, por ejemplo, la Guerra de Irak (creo que el desenlace está bastante relacionado). “The Host” es una película claramente comercial que apuesta por, dentro de esta comercialidad, mantener en todo momento la personalidad del “autor”. Una película muy destacada que, por supuesto, ya está siendo sobrevalorada por muchos (esas personas para las que cualquier cosa medianamente distinta a lo que se hace hoy ya es de culto) e infravalorada por otros (entre los que están todos/as esos/as que esperaban en la cinta acción sin freno y muchas muertes, cosas que no han encontrado). A mi me ha sorprendido gratamente.

5 comentarios:

Crowley dijo...

En un primer visionado, me decepcionó un poco por las maravillas que había escuchado sobre ella, pero en posteriores veces descubrí lo equivocado que estaba.
Saludos

Alhy dijo...

Esta no la he visto, pero la cinta de los perros ladradores poco mordedores y Mother, si las he visto, ambas en el Zinemaldi. De la última hablé en la last crónica.

¿Cómo lo llevas, nene?¿Te vas sintiendo irish?¿estás aprendiendo mucho?¿has hecho amiguitos?¿te siguen empachando a hidratos de carbono en forma patatil los Ryan? :)

¿Sabes que hoy he estado a punto de cargarme My blackberry Nights? Es que no me ha contestado casi nadie y las criticas tan brutales duelen.

Aqui tenemos un día de otoño horribile, con su falta de luz y sus chubascos ocasionales. ¡Odio la melancolitis de estos meses!

¡Cuidate, nene! :)

I miss you kisses ***

john mcclane dijo...

Esta película la ví hace ya algún tiempo y la verdad es que me gustó bastante. Es una de las buenas películas de monstruos que me ha tocado ver en el último tiempo.

Saludos.

Anónimo dijo...

peliculón!
me gustó todo de ella, especialmente la muerte del abuelo.

muy buena crítica, en tu línea.

mge dijo...

Me sucedió lo mismo que a Crowley. La revaloricé desde el segundo visionado. Hoy por hoy la tengo en alta estima, aunque debo admitir que el cine oriental no es mi ámbito.

Saludos.