martes, 29 de diciembre de 2009

GRAN TORINO de Clint Eastwood – 2008 – (“Gran Torino”)


El viejo Walt Kowalski, trabajador del sector del automóvil jubilado, se ha quedado sólo con su perra Daisy: su mujer ha muerto y sus hijos y nietos no le prestan la más mínima atención (y, cuando lo hacen, es por su herencia: su casa y su coche, un Gran Torino del 72). Aburrido y amargado por sus terribles recuerdos de la Guerra de Corea, pasa sus días bebiendo cerveza en su porche y observando cómo las peleas entre bandas de jóvenes orientales, negros e hispanos aumentan en su barrio. Un día, de casualidad, Walt entabla relaciones con Tao, su vecino, un chico de la etnia Hmong apocado y débil que es perseguido por su primo, que quiere introducirle por la fuerza en su banda de pandilleros. Entre Tao y Walt va a surgir una amistad inesperada que puede ser destruida por la violencia de su entorno.

Antes de ser actor y director Clint Eastwood tocó el piano, fue alcalde de Carmelo, su ciudad, e instructor de natación en el ejército. Comenzó en el mundo del cine actuando en westerns televisivos hasta que la gran fama le llegó por protagonizar la gran trilogía del oeste de Sergio Leone “Por un puñado de dólares”, “La muerte tenía un precio” y “El bueno, el feo y el malo”. Su imagen de tipo duro e inmisericorde se extendió por todo el mundo. Posteriormente dio vida a “Harry, el Sucio”, que le terminó de colocar en el estrellato. Aunque es muy destacada, no vamos a analizar su carrera como actor, sino como director. Porque, aunque nadie lo creyese en su momento, Clint Eastwood quería dirigir. Debutó en este campo con el thriller “Escalofrío en la noche”, y hubo de hacerlo en contra de los productores del filme, a los que prometió no cobrar nada si le dejaban sacarlo adelante, ya que estos querían que siguiera actuando en sus habituales papeles y no le veían un futuro tras las cámaras. Se equivocaron rotundamente: aunque sus comienzos fueron irregulares, Clint Eastwood ha llegado a ser uno de los grandes directores de la Norteamérica moderna. Con un estilo de acción, contundencia y violencia física descarnada y sucia, heredero directo de su maestro Leone, Arthur Penn o Sam Peckinpah, pero también muchas veces cargado de delicado lirismo y romanticismo evocador, sus obras presentan a perdedores atrapados en ambientes hostiles que les exigen una acción determinada y a menudo drástica. Aunque se le ha acusado de fascista, Clint (que se considera a veces conservador y a veces liberal) no deja en algunas de sus obras de cuestionar o desmitificar el sueño norteamericano mientras que transmite, en la mayoría, un apasionado mensaje humanista. Ha sido un autor todoterreno, aunque tal vez el género que más ha tocado ha sido el thriller, en el que parece sentirse muy a gusto: son thrillers su debut “Escalofrío en la noche”, “Ruta suicida”, “Firefox”, “Impacto súbito”, “El principiante”, “Poder absoluto”, “Medianoche en el jardín del bien y del mal”, “Ejecución inminente” y “Deuda de sangre”. Sin embargo, y sin hacerle ascos a nada, ha dirigido westerns: “Infierno de cobardes”, “Licencia para matar”, “El fuera de la ley”, “El jinete pálido” o “Sin perdón”; dramas: “El aventurero de medianoche”, “El sargento de hierro”, “Un mundo perfecto”, “Mystic River”, “Million Dollar Baby”, “El intercambio” o “Gran Torino”; dramas románticos: “Los puentes de Madison”; biopics: “Bird”; filmes de aventuras: “Cazador blanco, corazón negro” o “Space Cowboys”, filmes bélicos: “Banderas de nuestros padres” y “Cartas desde Iwo Jima”, e incluso comedias: “Bronco Billy”. De todos los actores modernos de los USA que se han pasado a la dirección, Clint Eastwood ha sido el más consecuente y prolífico, el más personal y el que ha demostrado poseer una obra más cohesionada, honda y desarrollada. Dejen de lado los prejuicios: el viejo actor de “Harry, el Sucio” no se ha quedado estancado, y es como el buen vino; cuanto más viejo, mejor.

El pasado año 2008 (por breve tiempo ya) Clint Eastwood (me reafirmo: es como el buen vino; cuanto más viejo, mejor) presentó en las salas nada más y nada menos que dos obras maestras: “El intercambio” y “Gran Torino”, que fue estrenada con bastante tardanza en los cines. El enorme actor y mejor director se pone tras las cámaras y delante de ellas una vez más para regalar el que posiblemente sea su último gran papel (soberbio, como siempre), el de un viejo jubilado norteamericano que, tras la muerte de su mujer y el “abandono” de sus hijos y nietos (que le ven como a un anciano estorbo), entabla una profunda relación de amistad con Tao, un joven inmigrante de la pequeña y poco conocida etnia Hmong (repartida principalmente entre Vietnam, Laos y Tailandia) que le cambia la vida justo en sus últimos momentos, cuando, enfermo de muerte, parece condenado a desaparecer del mundo lleno de resentimiento y sin poder superar el trauma de la Guerra de Corea, en la que participó y en la que le dieron medallas por matar a otros jóvenes soldados como él. Walt Kowalski, clásico “cateto” norteamericano bruto, racista y machista, dejará atrás, inesperadamente, su pasado, sacrificándose por la amistad a pesar del abismo cultural y también generacional que se abre entre él y su vecino. Eastwood retrata la marginalidad de un barrio conflictivo en el que las peleas de bandas orientales, negras e hispanas están a la orden del día desde un ojo agudo pero abierto a la esperanza mientras hace lo propio con asuntos que ya se han visto en otros de sus filmes como la amistad, el racismo, la inmigración, la violencia, la guerra, la muerte o la opresión, el abandono y la decepción que vienen de la propia familia (asunto básico de su otra obra maestra “Million Dollar Baby”) alejándose de cualquier clase de maniqueísmo (ningún personaje es perfecto venga de la cultura que venga: Walt es esencialmente racista y está lleno de prejuicios contra los inmigrantes y, entre los propios inmigrantes, los hay pacíficos y violentos e intransigentes). En un estilo realista y sobrio cargado de humor pero también de fatalidad, Clint Eastwood reinventa el “género” de la historia de amistad con choque racial y generacional en “Gran Torino”, una obra maestra que nadie puede perderse. No deja de fascinarme este hombre.

6 comentarios:

arwy dijo...

Hola JOsee!

No he podido evitar pasarme porque ya sabes lo que es para mi el gran CLINT EASTWOOD! son palabras mayores para mi porque desde mi mas tierna infancia cuando lo vi por primera vez en la muerte tenia un precio, para mi paso a mi historia personal.

Respecto a las direcciones de Clint, decir al igual que tu, que con los años ha mejorado y co esta ultima obra se ha llevado la palma.
Es una pelicula redonda, que me encanto desde el principio al fin.

Espero con muchas ganas invictus que estoy segura no me decepcionara.. me emociono solo con el trailer..jejeje

Besosss

Lord Ghoultiérrez dijo...

Peliculón, como ya es habitual en el señor del bosque del este.

Dos cosas:

1-Mañana quedamos para enviar los reportes ¿No? ¿Te viene bien a las seis en mi casa? Mañana te llamo y concretamos.

2-A ver si algún día me firmas, peazo caXXXXX... Por tu insolensia etc, etc...

Diorrlll!!

Nosédecine dijo...

Soberbio, un peliculón con un final que te deja ese sabor agridulce de la emotividad llevada a los más altos límites.
Muy buen repaso de la trayectoria de Clint Eastwood, el grande. Y repitiendo tus palabras un director que nunca se hubiese sospechado que tuviese tanto talento, igualando o incluso superando sus dotes como actor ¡que ya es decir! Cada guión en sus manos cobra vitalidad, forma y una grandiosidad que muchos quisieran.
El tiempo lo está honrando y que sea así por mucho tiempo.
Una gran entrada. Saludos.

Mike Lee dijo...

Gran película, una nueva sorpresa del inconmensurable Clint, no son pocas las ganas con que esperamos Invictus.

¡Saludos!

Quimérico Inquilino dijo...

No compartotu entusiasmo por esta película aunque reconozco los enormes logros que Eastwodd ha dado al cine. Million Dolar Baby sí que me parece una pieza colosar. Esta se queda en (pobre) revinidicación de su sempiterna figura de justiciero solitario.
Una película carente de sutilidad pero emotiva por más de un motivo.

Un saludo!

elprimerhombre dijo...

Me parece correcta tu opinión porque has dado tus razones pero para mí Gran Torino es la película más sobrevalorada de 2009, y por no decir de los últimos años.

Aunque la dirección sea más que correcta (porque estamos hablando del puto Clint Eastwood), no entiendo el boom que ha ocasionado esta película. No hay nada nuevo en la historia ni en la manera de contarlo. Y quizás sea la transformación más rápida de la historia del cine de un personaje racista a uno que no lo es. Y la amistad entre el personaje de Eastwood con el chico parece recordar a Karate Kid. Hasta las conversaciones con el cura están sobadas!

Bueno, no digo más que me van a llover ostias a palos.

Un saludo!