lunes, 28 de diciembre de 2009

LA CALUMNIA de William Wyler – 1962 – (“The Children’s hour”)


Karen y Martha son las profesoras y las dueñas de un colegio interno para niñas. Son amigas desde la adolescencia y han luchado mucho para poder cumplir su sueño de montar ese negocio. Un día, una alumna malcriada y perversa, despechada porque en la escuela no le permiten hacer lo que quiere en todo momento, cuenta una mentira a su abuela, una mujer mayor y rica: les dice que Karen y Martha son amantes. Pronto, el rumor está en boca de todos, y la vida de las dos jóvenes se convierte en un infierno que pone en peligro su medio de vida y su férrea amistad.

“La calumnia” no es una de las obras más famosas del gran William Wyler, pero desde luego sí que es una de sus obras maestras definitivas. Wyler, tachado injustamente de artesano sin personalidad en muchas ocasiones, suele ser más recordado por superproducciones como la eterna “Ben-Hur” mientras que a menudo se dejan olvidadas muchas de sus “pequeñas películas” como puede ser la que nos ocupa. “La calumnia”, basada en la obra de teatro de la habitualmente polémica y comprometida Lilian Hellman, es una de las películas que mejor ha tratado el drama de la homosexualidad que ha de permanecer forzosamente oculta en una sociedad represora. Ya fue adaptada en 1936 por el propio Wyler con el título de “Esos tres”, aunque por culpa de la censura la historia quedó notablemente trastocada, exponiendo, en vez del drama mencionado, el drama de infidelidades oculto en un trío heterosexual. No fue hasta 1962 cuando pudo volver a rodarla, y el resultado fue espectacular, aunque todavía no se libró de cierto escándalo que le dio una gran publicidad y que propició que en algunos países se exhibiera con escenas censuradas y diálogos cambiados. Dos soberbias y bellísimas Audrey Hepburn y Shirley MacLaine dan vida a dos jóvenes profesoras de un colegio interno para chicas que son acusadas, por una alumna malcriada despechada, de mantener una relación amorosa. Esta calumnia hunde su negocio y, además, las hunde emocionalmente a ambas y al prometido de una de ellas (Audrey), al que da vida un genial James Garner que queda algo ensombrecido por el brillo fulminante que desprende el dúo principal. Después de que corra por todas partes el rumor de la relación de lesbianismo que supuestamente hay entre sus dueñas, todas las estudiantes son retiradas de la institución, mientras que ellas son condenadas sin piedad al más terrible de los ostracismos: señaladas por todos en todas partes, han de encerrarse en la casa en donde, en la oscuridad de su clausura, no tardan en surgir los conflictos, los viejos rencores, las frustraciones y sentimientos muy profundos que han estado décadas ocultos… Sentimientos que, como se puede imaginar, van a dejar entrever que la calumnia puede estar sustentada en una cierta verdad. La película hace un retrato completamente desmitificador de la infancia, representada en la niña que lanza la mencionada mentira, una niña realmente perversa y retorcida proveniente de una familia de clase alta que la va a creer a ella antes que a las calumniadas. Además, estudia la manera en la que una mentira puede acabar con la vida de cualquier persona y la manera en la que una sociedad hipócrita y opresiva condena aquello a lo que tiene miedo, aquello que desconoce. La película tiene un ritmo tremendamente pausado, y está cargada de silencios que a veces llegan a tornarse casi minimalistas. Las dos protagonistas (repito: las dos soberbias) se comunican, más por lo que hacen, por lo que no llegan a hacer, y alcanzan con sus miradas, sus sonrisas, sus gestos reveladores, un grado de compenetración que pocas veces se ha visto en el cine norteamericano de esa época, especialmente cuando el papel que realizan es, además de difícil, polémico. “La calumnia”, rodada en un blanco y negro que a veces se torna verdaderamente sombrío, es un drama que, tras su aparente comedimiento, esconde un hirviente mundo de sentimientos viscerales contradictorios a punto de estallar que se enmarcan dentro de una brutal crítica a la falsedad de una época. Es una película que desmonta cualquier acusación contra Wyler y que deja bien patente que es un autor con mayúsculas, y además comprometido y con personalidad. Una de las historias de amor más conmovedoras de la historia y una de las películas más valientes de su década. Imprescindible.

6 comentarios:

dvd dijo...

Magnífica película; como tú dices, no muy conocida, pero que se adelanta descaradamente a su tiempo. A mí me recordaba a Hitchcock, no sé por qué... Y es que el suspense está en cualquier parte...

Alhy dijo...

Hi, nene!

Creo que ya te lo comenté en su moment. Me sorprendió muchísimo: por su valentía, su guión, sus interpretaciones (¡que dos pedazos de actrices!). Es una pena que el tiempo aún no le haya hecho justicia. Casi nadie la conoce.

Gracias por el apoyo, nene. Una mañana de estas (posiblemente tomorrow) te llamo y parlamos mas long y tendido.

Admito que estoy un poco mosqueada con el hecho de que solo me postees en if you need me, whistle!, sobre todo teniendo en cuenta que no lo puedes leer hasta que veas la serie. Ya no se como decirte que pases por blackberry, porque me interesa mucho tu opinión. No se si tienes resistencias. Tal vez sea pesada con el tema, no lo sé. Prefiero no pensar mal.

El sábado vi un documental sobre comics y me acorde de ti...

Kisses transparentes ***

Lord Ghoultiérrez dijo...

De Wyler he visto "Ben-Hur" (obviamente), "Cumbres Borrascosas", que no es en mi opinión la mejor versión del clásico, "La Heredera", que es una de mis favoritas y "El Coleccionista, que me parece IMPRESIONANTE. Esta "Calumnia" la tengo pendiente, pero pinta muy bien.

A ver si te agregas mi blog, rapiñaaaaaa!! Que esta vez si tienes la barra de arriba pa darle.

COOOOPPPSSS!!

Rapiñaaaaa!!!

Crowley dijo...

Un estupendo film que pone de manifiesto lo enferma que está nuestra sociedad y que a pesar de ser una peli del 62, muestra el tema de la homosexualidad como pocas. Y coincido con dvd, a mi también me recordó a Sir Alfred.
Saludos

JAVI dijo...

No coincido del todo con que sea valiente ni adelantada a su tiempo. En esos mismos años se estrenó "Víctima" de Basil Dearden en Inglaterra y llamaba a las cosas por su nombre. Esta película de Wyler no quiere nunca mencionar la homosexualidad y demuestra el puritanismo y la falsedad de la sociedad estadounidense de esa época (y desgraciádamente de ahora cuando vemos las protestas por un ligero beso entre hombres en "Alejandro Magno"). El final es también muy descorazonador y no es entendible para nada. Shirley McLaine hace una montaña de un grano de arena. Las interpretaciones son magníficas y la película en sí es bastante buena pero por favor que no se diga que es valiente ni adelantada a su tiempo porque hay muchas otras más valientes incluso en los años 30. Diría que es incluso anticuada y cobarde por como hace acabar al personaje de shirley McLaine. Siento tener una opinión tan diferente a vosotros pero en eso consiste la vida: en discrepar, aunque siempre con argumentos.

Un saludo para tí y para tus comentaristas del blog.

William De Baskerville dijo...

Peliculaza!

Cuando le haga el memory lo enlazo!

Buen2010!