martes, 19 de enero de 2010

EL DESENCANTO de Jaime Chávarri - 1976 - ("El desencanto")


Leopoldo Panero, el famoso y discutido poeta leonés falangista representante de la poesía "arraigada" de la posguerra, murió en 1962 en Astorga, donde había nacido. Catorce años más tarde, las personas que más íntimamente estuvieron ligadas a él, Felicidad Blanch, su viuda, y sus tres hijos: Juan Luis, Michi y Leopoldo María, se desnudan ante la cámara en este documental.

En sus inicios, el madrileño Jaime Chávarri fue uno de los jóvenes directores más importantes del cine español actual. Comenzó su carrera dirigiendo obras de cierto carácter independiente y hasta underground y marginal en las que se miraba con un ojo agudo y crítico la sociedad, la historia y la intrahistoria española más reciente. Se puede comprobar en el drama juvenil y familiar "Los viajes escolares", en el genial documental comentado "El desencanto" y en el drama sobre la memoria de la Guerra Civil y la homosexualidad perseguida "A un dios desconocido". Poco a poco, sin embargo, conforme obtuvo la fama y el reconocimiento, su obra se fue ajustando a los cánones comerciales (en lo estético también, tornándose notablemente academicista y limpia) con muy buenos resultados iniciales y con unos finales (por lo menos hasta la fecha) bastante irregulares en líneas generales e incluso por momentos directamente mediocres y hasta horrendos en casos concretos. Sus siguientes filmes mantuvieron, en su sendero al estilo más comercial al que Chávarri se encaminaba, un buen nivel artístico a pesar de todo: los dramas "Bearn o la sala de las muñecas", "Las bicicletas son para el verano" y "El río de oro" eran todavía buenas piezas cinematográficas. Después ya llegaron la irregular y discutida "Las cosas del querer" y las especialmente malas (alguna verdaderamente despreciable) comedias "Tierno verano de lujurias y azoteas", "Las cosas del querer II" y "Gran Slalom", el atractivo musical de tangos "Y sus ojos se cerraron" y las simplemente correctas pero faltas de fuelle "Besos para todos", "El año del diluvio" y "Camarón, un mito". Una lástima la caída en la mediocridad absoluta de un director tremendamente prometedor en sus inicios. Una verdadera pena.

Uno de los documentales más importantes de la cinematografía española de todos los tiempos (para muchos el que más) es sin ninguna duda "El desencanto", una de las primeras películas de Jaime Chávarri y también una de las mejores de su prometedora primera etapa creadora. En él se disecciona, utilizando parcialmente las vías del reportaje vivo de Vertov, de la cámara que lo capta todo, la historia íntima de la controvertida y hoy mítica familia del poeta falangista Leopoldo Panero, fallecido en 1962, casi quince años antes de que este documental fuese rodado y de que el mismo dictador Francisco Franco muriese. Es "El desencanto" un documental de ficción protagonizado por personajes reales que muestra todos los entresijos de una familia que poco a poco va destruyéndose, de los miembros de esa familia que se ven sitiados por sus nimias y no tan nimias miserias o que se encuentran incapaces de salir de su infancia o de su pasado, especialmente tras la mencionada muerte del marido y padre que los mantenía por lo menos precariamente unidos. En un crudo blanco y negro, todo queda expuesto ante la mirada del espectador, que relaciona sin problemas la situación de esta familia (de evidente clase alta pomposa tendente a la decadencia física y moral) con la de la misma España franquista (con su figura "paterna" y autoritaria muerta que deja décadas de oscuridad y frustración, con su dama rancia apartada del mundo, con sus hijos inútiles incapaces de adecuarse a los tiempos modernos...) e incluso con el propio pueblo español (especialmente con el más colaboracionista, beato y lerdo, el que era incapaz de reaccionar ante la propia muerte del dictador y ante el cambio brusco y turbulento que supuso la repentina llegada de la democracia). "El desencanto" lo dice todo en su solo título. Uno de los documentales definitivos de nuestra historia. Y lo repito: lástima de Chávarri.

1 comentario:

Anónimo dijo...

De culto.