sábado, 23 de enero de 2010

EL PICO de Eloy de la Iglesia - 1983 - ("El pico")


Los jóvenes Paco y Urko, aunque son hijos respectivamente de un guardia civil y de un político independentista vasco, son grandes amigos que disfrutan de la vida al límite en su ciudad, Bilbao; disfrutan de las juergas de los fines de semana que han eclosionado en todo su esplendor con la llegada de la democracia, del sexo y también de las drogas. Sin embargo, Paco y Urko tienen un problema del que tal vez ni ellos mismos son del todo conscientes: cada día necesitan más estas drogas para pasárselo bien, para vivir. Cada vez están más enganchados... Y cada vez su adicción es más patente en todos los aspectos de sus vidas.

Si ha habido algún director español moderno fieramente social en casi todos sus aspectos ese ha sido el vasco (aunque criado en Madrid) Eloy de la Iglesia, creador de una obra naturalista directa y sin concesiones de ningún tipo, de estética independiente, cargada de fuerza y de violencia física y psíquica y con un poderoso aire español castizo. Inconformista, a contracorriente, fue uno de los maestros del llamado "cine quinqui", que retrataba los ambientes más marginales de la España de la democracia (especialmente de la inmediata democracia) por medio de filmes protagonizados por un delincuente famoso (habitualmente juvenil) que a menudo continuaba su carrera como actor (aunque muchos no abandonaron a pesar de esto sus problemas sociales, especialmente sus problemas con las drogas). Comunista en sus inicios y militante del Partido Comunista de España (posteriormente se desencantó de este movimiento y lo abandonó), Eloy de la Iglesia, antisistema y homosexual declarado, tuvo, como muchos de sus personajes y actores, problemas con su adicción a la heroína durante muchos años. Su cine ha retratado con un ojo crítico agudísimo la marginalidad, la pobreza, la diferencia de clases, la violencia urbana y sus causas y consecuencias, el cierto fracaso de la democracia que no aseguró un nivel de vida digno para todos, la homosexualidad perseguida, la intolerancia, la corrupción política y policial, la desintegración de la familia tradicinal, la frustración sexual y los abusos de poder. También realizó incursiones puntuales en el cine de terror. Su obra, sin embargo, hay que decir que es muchas veces irregular, alternando maravillas como la comentada "El pico" con películas verdaderamente mediocres y hasta diréctamente malas (tal vez dado lo prolífico que fue en líneas generales). Sus obras más famosas, de muy desigual calidad, fueron "Algo amargo en la boca", "Cuadrilátero", "La semana del asesino", "Una gota de sangre para morir amando", "Juegos de amor prohibido", "La otra alcoba", "La criatura", "Navajeros", "Colegas", las dos entregas de "El pico", "El sacerdote", "El diputado", "Miedo a salir de noche", "La estanquera de Vallecas" y "Los novios búlgaros". Eloy de la Iglesia murió de cáncer en el año 2006.

Tal vez la película sobre las drogas, sus causas y consecuencias española por excelencia sea la obra maestra "El pico" y, en menor medida, su segunda parte. Ambientada en su momento, la primera mitad de los años ochenta en España (y concretamente en Bilbao), la obra capital de Eloy de la Iglesia disecciona la vida de los jóvenes del momento con un ojo agudísimo y sobrecogedor analizando cómo la drogadicción puede perderles para siempre y hasta matarles. En un mundo urbano en el que se da la mano la fiesta desenfrenada de los fines de semana y la eclosión artística más transgresora e independiente (estamos en la España de la Movida Madrileña, que se extendió a todo el país) con la pervivencia de tradiciones e hipocresías de una dictadura acabada pero que se resiste a morir, dos jóvenes (uno de ellos José Luis Manzano, "quinqui" y novio del director fallecido joven en 1992 por abusar de las drogas) viven sus vidas al límite entre juerga y juerga, sexo (pagando o no por él) y drogas. Nacidos en una generación que salió del franquismo pero que tuvo que enfrentarse a la deshumanización capitalista de la que la demogracia no les protegío y a la pervivencia de las mencionadas tradiciones de la dictadura, lo único que les interesa es el hedonismo puro, que poco a poco se va decantando exclusivamente por la droga, por la que harán todo (aunque no sacrificarán su amistad, por lo menos no consciéntemente). Alrededor de este asunto pivotan, además, otros tremendamente polémicos visitados con un ojo igualmente crítico y contestatario: la falta de oportunidades para los jóvenes, la prostitución, la homosexualidad, el autoritarismo, la instransigencia, la violencia y hasta el conflicto vasco (irónico como pocos es el hecho de que los padres de ambos jóvenes sean un Guardia Civil y un político independentista vasco -ambos radicales en sus propuestas vitales y políticas-). "El pico", película escándalo como pocas en la España de los primeros ochenta, fue una de las pocas cintas que trató con todas sus consecuencias y sin tapujos el problema de la droga y los jóvenes en un país en el que dicho problema, con la democracia recién llegada a una sociedad pacata y desinformada, iba a causar verdaderos estragos (niveles de adicción tremendos y muchas vidas destrozadas o terminadas bruscamente con sobredosis, hepatitis C y SIDA).

3 comentarios:

Crowley dijo...

Pues toda una obra maestra del mundo de las drogas. Muy dura y muy intensa.
Saludos

Anónimo dijo...

Es una maravilla y la película más valiente de los ochenta para mi junto al Crimen de Cuenca. Al cine español le hacen falta muchas como esta. Eso sí, Eloy de la Iglesia como dices era super irregular... Tenía el colega cada bodrio...

Lucifer, Becario del Mal dijo...

Soy un fan del director este y de los quinquis que usaba de protas, no les hacía mucha falta actuar para estar en su salsa.
Aparte de todo lo que mencionas,me impresionó cómo ya en 1983 era "vox populi" cómo la guardia civil controlaba el tráfico de drogas para financiar las operaciones encubiertas (mercenarios) contra ETA. El resto del mundo, fuera de los suburbios euskaldunes, tuvimos que esperar 10 años para leerlo en los periódicos. ¿o fue por "casualidad"?