La tribu de los Ulam, cromagnones, ha sido expulsada de sus cavernas por un violento grupo de neandertales y, además, ha perdido el fuego que les daba la luz, la seguridad y la prosperidad, el cual saben mantener pero no crear. Tres valientes guerreros son elegidos para encontrarlo y traerlo de nuevo. Si fracasan o si no se dan prisa, todo el clan desaparecerá. Ante ellos se abre un viaje en el que tendrán que sortear mil peligros y luchar contra otros neandertales, contra la crueldad de la naturaleza, contra los animales más mortíferos y contra sus propios semejantes. Sin embargo, los tres van a encontrar algo nuevo para ellos en su periplo: el amor.
El francés Jean Jacques Annaud es uno de los grandes directores de cine histórico europeo y uno de esos afortunados cineastas que saben conjugar a la perfección comercialidad y personalidad artística. Sus películas, ambientadas en otras épocas o en lugares naturales apartados de la civilización, presentan a personajes que se enfrentan a entornos opresivos y hostiles, ya sea por tratarse de sociedades corruptas, violentas, hipócritas o totalitarias, ya sea por estar dominados por fuerzas que les sobrepasan (a menudo en el cine de Annaud la naturaleza, tan cruel como finalmente maternal). Maestro de la ambientación y enorme adaptador de obras literarias, sus filmes, a menudo de grandes presupuestos e interpretados por actores de renombre muy bien dirigidos, presentan un equilibrio muy conseguido entre la espectacularidad y la belleza formal de las grandes superproducciones (gran parte de sus obras lo son) y entre la hondura social, filosófica y moral, ya que en ellos se tratan asuntos universales como el amor, la amistad, la violencia, la guerra, la ecología, el maltrato a los animales, los desmanes de los gobiernos, la hipocresía, el sexo y el erotismo o la falta de libertad. Debutó de manera fulminante con el drama bélico anticolonialista “La victoria en Chantant”, a la que siguieron la sátira futbolística “El cabezazo”, la comentada aventura prehistórica “En busca del fuego”, el thriller histórico “El nombre de la rosa”, la fábula minimalista ecológica “El oso”, el drama erótico “El amante”, el drama “Siete años en el Tíbet” (la única película que rodó con capital de los USA y que le supuso la prohibición de entrar en China), el filme bélico “Enemigo a las puertas”, la nueva fábula ecologista “Dos hermanos” y el insólito filme casi experimental "Su majestad Minor".
“En busca del fuego” es una de las mejores películas de la historia ambientadas en la prehistoria. Basada en una novela de J.H. Rosny, narra la aventura de tres guerreros cromagnones que, tras ser su tribu expulsada de sus cavernas por un grupo de neandertales, han de partir en busca del fuego que les permitirá sobrevivir y encontrar unas nuevas cuevas para no desaparecer. En su periplo, ambientado con una riqueza esplendorosa y narrado con una agilidad sin par por Annaud, habrán de luchar contra otros hombres como ellos, contra otros neandertales, contra las inclemencias del tiempo y los secretos terroríficos de la naturaleza y contra animales mortales como los tigres dientes de sable o los mamuts. El fuego es representado como la salvación de la inteligencia y el civismo en un planeta en el que los hombres todavía son la especia perseguida, pero es desplazado por un elemento sin el que sus llamas, portadoras de la luz, de la seguridad y de la prosperidad, carecen de sentido: el amor. La joven de otra tribu que los tres guerreros encuentran de casualidad en su camino cambia para siempre sus expectativas: si antes hacían el acto sexual de cualquier manera (violentamente si era preciso) y en cualquier parte, ahora lo harán de manera íntima, con un objetivo y un disfrute mucho más consciente (maravillosa la poética escena amorosa que anticipa el desenlace del filme). Los salvadores de la tribu no traen únicamente, a su vuelta, el fuego: traen el amor, lo que va a cambiar sus vidas para siempre. Con un lenguaje corporal del etólogo Desmond Morris y unos verbos y vocabulario de Anthony Burgess, “En busca del fuego” es una fabulosa y tan cruda como lírica y esperanzadora fábula sobre el inicio de los tiempos. Una obra maestra del cine prehistórico (tal vez la mejor de todas las cintas sobre esta época que se ha rodado nunca).
2 comentarios:
Hombre, no es que le tenga mucho aprecio a Annaud, siempre empeñado en el más difícil todavía, aunque sin abandonar parámetros estrictamente comerciales. Su cine envejece rápido y mal, aunque precisamente ésta tiene momentos (ojo, "momentos") bastante bien logrados y que son capaces de sorprender a un espectador no demasiado exigente...
A destacar la aparición del actor Ron Perlman, alias Hellboy, de rostro rotundo que también intervino en "El nombre de la rosa" y, que por su físico, no necesitó demasiado maquillaje para interpretar al troglodita de "En busca del fuego"
LA GUARIDA DEL EREMITA
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