miércoles, 19 de mayo de 2010

EL SEDUCTOR de Don Siegel – 1971 – (“The Beguiled”)


Norteamérica. Guerra de Secesión. El joven soldado yanki John McBurney es herido en una batalla en el sur y, a punto de morir, es encontrado por un grupo de mujeres que vive en una apartada mansión dedicada a la enseñanza de señoritas. Allí, se recupera y empieza su táctica de supervivencia para que no le entreguen al ejército sureño: intenta manipularlas a todas prometiéndoles amor y sexo para así aprovecharse de ellas en todos los sentidos. A la escuela llega la revolución. Sus planes, sin embargo, se le ponen en su contra cuando menos se lo espera...

“El seductor” es una de las películas más injustamente olvidadas del gran Don Siegel y una de las más definitivamente personales de su incombustible filmografía. En ella, el genial cineasta traza, con un trasfondo de western bélico, las relaciones delirantes y trágicas que se dan entre un soldado guapo, canalla y superviviente nato y un grupo de mujeres desesperadas por tener una figura masculina en sus vidas dedicadas a la enseñanza y al aprendizaje en una solitaria escuela de la Norteamérica sureña profunda. El marco: la Guerra de Secesión, que es revisada por Siegel con un agudísimo ojo alejado de todo maniqueísmo posible. Clint Eastwood interpreta de una manera soberbia al mencionado soldado, un yanki atrapado en territorio enemigo y que ha de escapar de los soldados del sur ayudándose de las mujeres que lo “adoptan” hasta que la guerra termine, a las que manipula, miente, desprecia y maltrata psicológicamente sin ningún miramiento y jugando con sus emociones a flor de piel. “El seductor” es una fascinante obra sobre la misoginia y la misandropía (el desprecio del hombre a la mujer y viceversa) y especialmente sobre la represión sexual, a la que están sometidas todas las protagonistas (interpretadas por un elenco magistral de actrices). El hombre aparecido de repente revoluciona su ambiente y cada una reacciona ante él de una manera distinta: la mayor de todas, a la que le falta su marido, crápula, machista y desconsiderado (al que se le puede ver en varios flashbacks) se siente atraída por él mientras que, a la vez, intenta herirle (este hecho llegará además a las máximas consecuencias); la profesora del lugar, joven aunque misandra absoluta, desprecia a los hombres pero… se enamora locamente de su huésped, enamoramiento que lleva hasta la pura estupidez; la alumna más guapa y exuberante intenta sin cesar tirárselo en cualquier esquina y manipularlo a su vez, la esclava negra le trata con la punta del pie (a pesar de que pertenece al bando que lucha por la abolición de la esclavitud) pero también se siente atraída hacia su figura y la niña más pequeña de la casa le colma de atenciones en su incipiente despertar a la pubertad. El soldado, por su parte, juega con todas con total impunidad… Hasta que lo que siembra se vuelve en su contra. En un principio, el filme puede ser acusado de misógino, pero finalmente se desvela que no es nada de eso: el hombre es igualmente caricaturizado como un ser despreciable (y para colmo clasista en su trato hacia los esclavos a pesar de que lucha en el ejército que quiere liberarlos) que, además, recibe su merecido por parte de las mujeres, tan despreciables como él pero más numerosas y fuertes. “El seductor”, animado por unos agilísimos y malévolos diálogos, comienza como una comedia bucólica y se transforma, casi sin que el espectador se percate de ello, en un cuento brutal y diabólico sobre la guerra de sexos cargado de un erotismo oscuro (que no oculta desnudos, referencias religiosas y escenas lésbicas y de tríos… en 1971) y de una violencia tremendamente sádica (la escena de la gangrena pone los pelos de punta). Una película que debe ser reivindicada sin cesar, una obra maestra indiscutible y de culto.

4 comentarios:

Cinemagnificus dijo...

Dedicada, por supuesto, al Señor Wolfville y a todo su carnaval :)

Target Marketing dijo...

Vamos amigo... Alegrame el dia. Yo a este señor si no lo veo con un revolver en la mano....

john mcclane dijo...

Lamentablemente esta película está enterrada en el más completo olvido aún cuando es una de las entradas más interesantes en la filmografía de Siegel y Eastwood. Es fácil uno de los mejores thrillers de los que tenga memoria.

Saludos.

Möbius el Crononauta dijo...

Tremenda