jueves, 13 de mayo de 2010

LA DUDA de John Patrick Shanley – 2008 - (“Doubt”)


1964. En un colegio cristiano del Bronx, el padre Flynn, su párroco, se hace buen amigo de Donald Miller, el primer estudiante negro que el centro ha aceptado, estudiante que a menudo es marginado por algunos de sus compañeros blancos y que no pasa por un buen momento familiar. De todas maneras, y a pesar de la revolucionaria llegada de Donald al colegio, las cosas siguen marchando esencialmente "bien". Sin embargo, algo comienza a perturbar el orden: la hermana Aloysius Beauvier, temida por los alumnos por la férrea disciplina que impone, está empezando a sospechar de que entre el chico negro y Flynn late “algo más” que una simple amistad... Algo que está dispuesta a averiguar a toda costa aunque sea desprestigiando y atacando al párroco, cuya actitud es, a la vista de todos, intachable.

John Patrick Shanley es un cineasta, guionista y dramaturgo de Nueva York que tiene en su poder un Oscar por el guión de “Hechizo de Luna”, película protagonizada por Cher que dirigió Norman Jewison. Únicamente ha estado tras las cámaras en dos filmes con dieciocho años de diferencia; la comedia romántica “Joe contra el volcán” y el drama “La duda”.

“La duda” es la adaptación de una exitosa obra de teatro del mismo nombre que es de la autoría del propio John Patrick Shanley, una obra que plantea la “disolución” de un mundo rígido y estrictamente organizado como es el de un colegio cristiano del barrio de Parkchester, en el Bronx, donde el mismo autor se crió, cuando “la duda” a la que hace referencia su título se instala entre los seres que lo habitan. Unos soberbios Meryl Streep y Philip Seymour Hoffman interpretan, respectivamente, a una hermana y a un sacerdote adscritos a dicho centro que se enfrentan a causa de la sospecha de otra hermana, bondadosa pero de fondo débil, inocente e influenciable (genial Amy Adams) de que el segundo mantiene una relación “demasiado atenta” con Donald Miller, el primer chico negro que la institución ha aceptado (nos encontramos a mediados de la década de los sesenta). El mundo ordenado y sin dudas del centro se tambalea y Shanley aprovecha la ocasión para retratar cómo sus seres, casi todos atormentados y finalmente inseguros de lo que son y de sus decisiones, caen presa de las circunstancias, muchas sociales, del momento en el que viven. La intransigencia, el poder, la jerarquía más rígida, el racismo, la pederastia, la pobreza y la falta de oportunidades, la resignación ante un destino impuesto, la educación o los interrogantes que siembra el papel de compromiso de los agentes de las iglesias son diseccionados mediante unos fabulosos diálogos en un filme de factura clásica desarrollado en interiores muy cerrados que, además, presenta un drama que es todo un prodigio de comedimiento realista; es decir, un drama que, sin renunciar a serlo, escapa hábilmente de cualquier tremendismo o violencia forzada. Y, por supuesto, tengo que mencionar de nuevo a su duo protagonista principal, que realiza un duelo interpretativo antológico y que demuestran que son de lo mejorcito de sus dos generaciones de intérpretes norteamericanos.

1 comentario:

Möbius el Crononauta dijo...

Un film interesante, que me dejó la sensación de que podía haber sido mucho más.

Saludos