domingo, 2 de agosto de 2009

PICKPOCKET de Robert Bresson – 1959 – (“Pickpocket”)


Michel es un carterista profesional que vive desencantado y solo en una triste habitación. Es un maestro del robo capaz de extraer en absoluto silencio y sin que le vean casi cualquier cosa de bolsillos ajenos. Hace tiempo que no ve a su madre, que está muy enferma y que es cuidada por Jeanne, una joven solitaria como él. Cada día que pasa, el mundo de la delincuencia le sumerge en más problemas. Sin embargo, Michel no puede dejar su trabajo: es lo que, de alguna manera, le mantiene vivo y a flote en una existencia que sin el robo para él no tiene sentido. ¿Podrá Michel salir de esta espiral terrible? ¿Le podrá ayudar el amor?

El francés Robert Bresson no pertenece a ningún movimiento, a ninguna tendencia, a ningún grupo: es un cineasta independiente e inimitable. Cristiano de tendencias jansenistas, pensaba que la gracia es capaz de redimir al hombre en todos los aspectos, gracia que en muchas ocasiones puede llegar en el momento de la muerte, vista en muchos de sus filmes como una liberación. Su cine está orientado en todos los aspectos a mostrar lo transcendental que se esconde en el mundo cotidiano, en cualquier hecho, en las heroicidades o incluso en los pecados del día a día: es un cine dedicado a buscar la gracia en la que él creía, dedicado a intentar redimir a sus personajes por todos los medios posibles. Por ello, estéticamente, es el de Bresson un cine desnudo, simple y sencillo en el que lo bello es reemplazado por “lo justo”. Como pintor que también era, declaró: “La pintura me ha enseñado que no se deberían hacer bellas imágenes, sino imágenes necesarias”. Por ello, sus películas, depuradísimas, nadan en una austeridad a veces casi ascética y en una sobriedad tremenda y constante pero que, a pesar de lo que se puede pensar, crean una poética propia y muy pura destinada a mostrar siempre “lo justo”. Personalmente, el cine de Robert Bresson me recuerda mucho a la “poesía pura” de Juan Ramón Jiménez, con el que creo que comparte una visión similar del arte. Muy poco prolífico, únicamente rodó trece películas en toda su vida y todas ellas muy espaciadas a causa de su poquísima comercialidad. Su filmografía se compone de “Los ángeles del pecado”, “Las damas del bosque de Bolonia”, “Diario de un cura rural”, “Un condenado a muerte se ha escapado”, “Pickpocket”, “El proceso de Juana de Arco”, “Al azar de Baltasar”, “Mouchette”, “Una mujer dulce”, “Cuatro noches de un soñador”, “Lancelot du Lac”, “El Diablo probablemente” y “El dinero”.

“Pickpocket” es una de las obras más conocidas de Robert Bresson y también una de sus películas más redondas, una película que puede encuadrarse de alguna manera dentro del género negro pero que va mucho más allá de éste. El protagonista es un carterista que roba atraído por una extraña necesidad, por una extraña pulsión. Roba porque ha nacido en una sociedad podrida y porque se siente perdido y solo en ella, pero también roba porque cuando lo hace y de alguna manera siente algo trascendental, algo que le transforma en una persona viva, que le llena y que le permite proyectarse hacia el mundo. Angustiado, sentimentalmente aislado y sumido en la soledad, se encontrará con otros personajes como él y, como es de esperar, hallará en ellos el camino hacia su redención, que únicamente vendrá tras una catársis. El estilo de “Pickpocket” es el estilo austero casi ascético de Bresson, estilo que sin embargo esconde un lirismo minimalista y cotidiano cargado de trascendentalidad. Rodada en un desnudo blanco y negro, apenas dura 75 minutos: lo suficiente para que los personajes alcancen la “gracia bressoniana” y vuelvan a la vida fortalecidos y perfeccionados. El desenlace, puro y simplísimo, es uno de los más emotivos de la historia del cine.

2 comentarios:

elprimerhombre dijo...

Después de leer su crítica intentaré dar una segunda oportunidad a esta película porque la empecé a ver una vez y me resultó difícil de encajar. No me creí al personaje ni me gustaba la actuación del actor. Un condenado a muerte se ha escapado tampoco me llegó a gustar del todo. Entiendo que el cine de Robert Bresson llame tanto la atención porque sólo con pocos gestos y con planos sugerentes intenta lograr situaciones que llamen la atención o que simplemente cuenten de una forma sencilla lo que quiere representar, pero a veces este tipo de cine, venga de Bresson o de cualquier otro director que utilice un modo de expresarse parecido, me resulta demasiado milimalista y llevado a extremos un poco pedantes.
Aunque también hay otros directores que no me atraen para nada y que están considerados como los mejores, como es el caso de Carl T. Dreyer. Aunque su película Ordet (la palabra)sea considerada como una de las diez mejores películas de la historia del cine, en mi opinión, hablando alto y claro, es un "peñazo" de historia. El tema de la religión ya me resulta aburrido pero es que este hombre lo magnifica, y no digamos Gertrude, una película en la que el matrimonio protagonista casi no se mira mientras se hablan, como si fuera en una obra de teatro.
Perdone que le haya soltado este sermón y que haya acabado con Dreyer pero así me ha surgido. Un saludo!

redna dijo...

Tengo mucha curiosidad de ver el film. Lo apunto para cuando tenga tiempo. Un condenado a muerte se ha escapado es increible y es la unica que conoco del director.

saludos ya estoy por aqui aunque no por mucho tiempo