viernes, 25 de septiembre de 2009

LA CAÍDA DE LA CASA USHER de Roger Corman - 1960 - ("The Fall Of The House Of Usher")


El joven y apuesto Philip Winthrop viaja a la señorial mansión de los Usher para pedir la mano de su amada, la hermosa Madeline. Cuando llega al apartado caserón, descubre un horrible ambiente de decadencia y miseria: Madeline está muy enferma, la familia está arruinada y todo se cae a pedazos y se hunde en el polvo. Además, Roderick Usher, el posesivo hermano de Madeline, se opone el matrimonio. En la mansión comienza una lucha entre Philip y Roderick por la posesión de Madeline que va terminar de hundir a la Casa Usher en la destrucción.

Roger Corman, oficial de marina que quiso (sin éxito) estudiar ingeniería aeronáutica, comenzó su andadura en el mundo del cine leyendo guiones para la 20 Century Fox, de donde pasó a escribir sus propias historias, de donde a su vez pasó a dirigirlas. Cuenta la leyenda que Corman era capaz de convenir la producción de una película desde un teléfono público y rodarla íntegramente dentro de la cabina con el cambio que le había sobrado de la llamada. Roger Corman estuvo, desde 1955 a 1971, dirigiendo y produciendo sin parar cintas de todo tipo, algunas rodadas con presupuestos casi inexistententes y en poco más de un fin de semana de trabajo, cintas a menudo del género fantástico y de terror, de los que fue un maestro indiscutible. Explotó como nadie el “género” de la serie B, tan denostado y despreciado, hasta llegar a rodar en él auténticas obras maestras, incomprendidas muchas aún hoy, que han pasado a formar parte de los clásicos indiscutibles del séptimo arte. Todo valía en sus producciones: cualquier escenario, cualquier vestuario, cualquier maquillaje, cualquier reparto, cualquier presupuesto. Explotaba hasta el límite los recursos escasos con los que casi siempre trabajó, y logró aplicando estos principios crear una filmografía artística y personalísima y a la vez firmemente comercial (sus películas no sólo funcionaban muy bien la gran mayoría de las veces, sino que crearon una legión de fans que nunca las abandonaron). Sus obras, muchas adaptaciones de clásicos de la literatura de terror, estan pobladas por seres atormentados y estrambóticos, por monstruos incomprendidos y por sádicos jugadores de juegos prohibidos, y suelen desarrollarse en ambientes lúgubres y oníricos, enrarecidos y hostiles, y a menudo aparecen todas cargadas de un sugerente e irónico sentido del humor negro o sexual. Aunque se le ha querido encasillar como un director de entretenimiento puro, muchas de sus películas muestran dilemas morales o existenciales magistralmente expuestos y desarrollados, amén de sus nada superficiales personajes antes comentados. A él también se le debe el desarrollo de un “estilo” para la comercialización del cine de terror: la sorpresa concentrada en títulos atrayentes, metrajes cortos y concisos, acción efectiva, protagonistas jóvenes, gran publicidad etc. que él utilizó para hacer de sus películas bombas de rentabilidad (a pesar de su calidad, no como las bombas de rentabilidad de hoy en día). Películas para el recuerdo nos dejó muchas, joyitas que hoy se merecen más de un visionados y revalorizaciones: “La tienda de los horrores”, “El péndulo de la muerte”, “El terror”, “El cuervo”, “El hombre de los rayos X en los ojos”, “La máscada de la muerte roja”, “La matanza del día de San Valentín”, “La caída de la Casa Usher”… Muchos actores llegaron a ser míticos a su lado (Vincent Price), otros se revalorizaron en malos tiempos (Boris Karloff) y otros comenzaron sus carreras (Jack Nicholson), así como directores como Francis Ford Coppola o Peter Bogdanovich, que después utilizarían muchas de sus técnicas cinematográficas narrativas o escenográficas que aplicarían con éxito y mayores presupuestos.

Una de las grandes adaptaciones de Roger Corman de los célebres relatos de terror de Edgar Allan Poe es esta maravillosa versión de “La caída de la Casa Usher”, perteneciente al exitoso ciclo Poe-Corman. Los protagonistas, los miembros de esta Casa maldita, sintetizan a la perfección algunas de las constantes del cine de Corman y los escritos de Poe: viven, obsesionados por la muerte y la demencia (y el incesto), anclados en un pasado de riqueza y abundancia y negando un presente de podredumbre moral y física total; son una clase alta que se desliza en la mediocridad, además de en la locura, terrorífica y sin ninguna salida. La mansión gótica es la protagonista del filme, que se linita a tener encerrados a estos personajes, que se regocijan en el pecado embalsamados en sus ajadas paredes. Tal vez ellos sean los antagonistas de la trama, los monstruos invisibles de este relato de terror psicológico. El ambiente, para representar esto, es, a la par que romántico, lóbrego y tenebroso, sumergido en niebla y oscuridad perpétua, en un agua gris sucia que flota en el aire; ambiente conseguido a la perfección por un estudio de cine barato y con unos medios muy escasos. Vincent Price borda el atormentado y casi delirante papel protagónico, como siempre, junto al resto del elenco. Ya no hay películas comerciales como las de Corman.

1 comentario:

Demóstenes dijo...

Ay... y qué sería de Roger Corman sin el increíble Vincent Price...

A mí siempre me ha gustado, aunque se patille muchísimo la historia, la adaptación del Pozo y el Péndulo ^^