José y Elena fueron novios durante su adolescencia en los años de la dictadura. Ahora la democracia se abre camino en España y ambos están casados con otras parejas, con las que tienen familias y con las que viven vidas completamente normales. Un día, inesperadamente, los dos vuelven a encontrarse… Y vuelven a salir juntos en secreto. Quieren recuperar el tiempo perdido, el tiempo que les quitó la represión a toda su generación. Y mientras ellos recuperan este tiempo, el país entero cambia a pasos agigantados.
Escritor, director, guionista y productor, comenzó José Luis Garci su andadura en el mundo del cine en la labor de crítico y realizando guiones para otros directores como Eloy de la Iglesia o Antonio Mercero. Cinéfilo apasionado y fanático del fútbol, tras dirigir los cortometrajes “Mi Marilyn”, “¡Al fútbol!” y “Tiempo de gente acobardada”, debutó en el largo con la comentada “Asignatura pendiente”, a la que siguió “Solos en la madrugada” y “Las verdes praderas”, todas sobre el difícil momento de la Transición española, la época turbulenta en la que directores como el propio Garci, Vicente Aranda, Bigas Luna o Pedro Almodóvar comenzaron a despuntar con su entonces rompedor arte. En ellas se tratan asuntos como el de la redención, el de la recuperación de unos ideales perdidos, el de la superación del escepticismo vital de una época de represión que por fin se terminaba. Es el cine del fin de la dictadura, el cine de una sociedad cambiante, violenta y llena de riesgos, el cine de una sociedad a la que se le da otra oportunidad. Es el cine del mejor Garci, que, influenciado de sobremanera por el estilo creador del Hollywood de su edad de oro, se ha convertido en el máximo exponente de esta tendencia creativa, la que sigue a rajatabla los cánones narrativos y estéticos del cine norteamericano de los años cuarenta, cincuenta y sesenta, tendencia que Garci ha españolizado como nadie y en la que por desgracia se ha encerrado demasiado. Romántico, muy literario, minimalista y lírico, el estilo del creador madrileño peca a veces de exceso de amabilidad, de sentimentalismo exacerbado que se torna en sentimentalismo rancio, de diálogos petulantes y a veces incluso decimonónicos y de un humor fino pero que en ocasiones da la completa sensación de estar anclado en los años de la primera mitad del siglo XX. Tras sus tres mencionadas primeras películas sociales sobre tiempos de cambio, José Luis Garci comenzó a variar de registro: reinventó el género negro en nuestro país con “El crack” y “El crack II”, películas desencantadas, crudas y violentas herederas del mejor thriller de autores como John Huston, Howard Hawks o Raoul Walsh, dos obras aparte en la producción normalmente amable de su autor. Después llegaría el homenaje a la generación de la Guerra Civil con “Volver a empezar”, que se haría con el Oscar de Hollywood, el homenaje al cine dentro del cine “Sesión continua” y la segunda parte de su debut “Asignatura aprobada”. Tras ellas, la calidad y originalidad de la carrera de Garci caería, en mi opinión, de forma considerable. Inexplicablemente, perdería toda su capacidad de sorprender y se encerraría en obras excesivamente nostálgicas y pedantes, agobiadas formalmente por un encorsetamiento brutal en los cánones más estrictos del cine clásico norteamericano. Se enclaustraría básicamente en dos tipos narrativos: adaptaciones de obras literarias ya vistas y revisitaciones del pasado histórico más reciente de nuestro país (habitualmente el franquismo), un pasado que en la ficción muchos creemos que ya es hora de ir cerrando. Las irregulares obras que Garci rodaría tras “Asignatura aprobada” son “Canción de cuna”, “La herida luminosa”, “El abuelo”, “You’re the one”, “Historia de un beso”, “Tiovivo c. 1950”, “Ninette”, "Luz de domingo" y "Sangre de mayo". Es en ellas donde encontramos al Garci menos interesante, al Garci más adocenado, obsesionado por imitar en la forma a sus grandes maestros (Ford, Wilder, Kurosawa, Sirk…) pero olvidándose por completo del fondo, que no enseña nada nuevo. Sus últimas películas son hermosas como pocas, portentosas visualmente, con fotografías esplendorosas, pero sus guiones directamente no interesan. Lo peor es que Garci permanece encerrado en este estado desde 1994, año de la insufrible “Canción de cuna”. Una lástima. Y no es el único de su generación que se encuentra en este estado.
En “Asignatura pendiente”, protagonizada por un genial José Sacristán y por una igualmente grande Fiorella Faltollano, encontramos ya las constantes estilísticas del cine de José Luis Garci y las constantes argumentales de su primera etapa, la más destacada en todos los aspectos. Sustentándose en un férreo clasicismo creador heredero del Hollywood dorado y en una trama de reencuentros y de redenciones ambientada en una época de cambio y peligros (el fin de la dictadura en España y la transición a la democracia), "Asignatura pendiente" se aleja del retrato de la Guerra Civil o del franquismo que otros creadores de la misma época cultivaron para poner en la picota (con humor pero sin la amabilidad glaseada del posterior cine de su autor) la sociedad del posfranquismo criticando tanto el pasado que condenó a sus protagonistas a una cierta vida de mediocridad como el presente inmediato (especialmente las contradicciones de unos luchadores por la democracia que terminarían en gran parte aburguesándose y hasta repitiendo los errores de los franquistas -lo vemos constántemente hoy en día-). La historia de amor reencontrado de dos personas de mediana edad sirve así para revisar el panorama social y hasta político español de su momento con un ojo agudísimo. "Asignatura pendiente" se erigió y todavía se erige como una de las mejores películas de José Luis Garci; película exenta de maniqueísmos, emotiva y sentida, irónica en ocasiones y cargada de sutil nostalgia. Obra clave de la Transición sin ninguna duda.
1 comentario:
Felicidades por la selección que estás haciendo. El cine español no es tan malo como dicen muchos modernos, ni trata solo de la guerra civil, de putas y yonquis. Otros países pueden tener más joyas cinematográficas pero también tienen más población (Estados Unidos, Francia, Alemania, Inglaterra...)y por supuesto una industria de cine más consolidada y con más medios. Por simple estadística de películas producidas cada año es difícil que salgan obras maestras sin parar. Puede que se salga perdiendo con algunos de los anteriores (aunque hay que ver que bodrios se producen continuamente en USA) pero ¿qué tal si nos comparamos con Italia, Grecia, Portugal, Suecia, República Checa o incluso con Canadá, Australia, México, Argentina...? Berlanga, Bardem, Buñuel, Erice, Perojo, Rey, Saura y también Almodóvar, Garci o Amenábar y muchos otros harían buena por sí solos cualquier cinematografía de cualquier país. En fin, no seamos tan fariseos.
Ahora mismo estoy leyendo muchas cosas sobre cine español por un proyecto que estoy a punto de empezar por lo que estoy disfrutando de estos artículos tuyos y me paso a menudo para ver tus opiniones aunque no siempre con mucho tiempo como para ponerte comentarios.
Saludos y buen año.
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