EL DÍA DE LA BESTIA de Alex de la Iglesia – 1995 – (“El día de la Bestia”)

Después de muchos años estudiando las sagradas escrituras, un misterioso sacerdote llega a Madrid con una misión: salvar a la humanidad. En esas mismas Navidades de 1995 es cuando el Anticristo va a nacer, y él tiene que descubrir el lugar en el que va a hacerlo para impedirlo. A su causa se le unen dos valientes compañeros: el Profesor Cavan, un presentador de la televisión de programas de ocultismo, y Jose Mari, un joven melenudo amante del heavy-metal. La destrucción ha llegado a la capital de España.

Director, guionista y productor, Alex de la Iglesia es uno de los creadores españoles más personales y exitosos de los últimos años, autor de obras que han contentado casi siempre tanto al público como a la crítica. Su cine es un cine de puro entretenimiento sin más pretensiones que las de desatar la pura carcajada, aunque con una personalidad indiscutible y marcadísima. Sus historias suelen ser comedias negras (o por lo menos suelen estar en parte cimentadas en ellas) en las que se fusionan desprejuiciadamente dos elementos básicos: un género “clásico” y la casticidad española más hiperbólica. De ambos aprovecha De la Iglesia sus grandes tópicos y lugares comunes para configurar delirantes películas llenas de personajes esperpénticos, a menudo antihéroes, que han de llevar a cabo las misiones más absurdas y peligrosas. Con una estética heredera directa de la serie B, del comic y de los dibujos animados, sus películas están llenas de diálogos delirantes, de humor canalla y negrísimo, de sexo tan brutal como divertido, de macabra violencia y de escenas verdaderamente surrealistas. En su debut, “Acción mutante”, mezcló con la cutrería y el casticismo españoles la ciencia-ficción mutante. Después, hizo lo propio con el cine de terror apocalíptico en “El día de la Bestia”, con la road-movie criminal en “Perdita Durango” (aunque esta tal vez sea su película más “seria” y en la que menos se aprecia esta fusión junto a la posterior "Los crímenes de Oxford"), con el biopic de dos figuras ficticias en “Muertos de risa”, con el thriller kafkiano en “La comunidad”, con el western en “800 balas”, con el thriller pasional en “Crimen Ferpecto” y con el thriller clásico en la mencionada “Los crímenes de Oxford”.

“El día de la Bestia” fue la película que confirmó a Alex de la Iglesia como la joven promesa que era entonces. Brutal éxito de taquilla, el filme es, como aparece autodefinido, una “comedia de acción satánica”. Narra las delirantes aventuras de tres entrañables antihéroes: un sacerdote, un telepredicador y un joven amante del heavy-metal (Alex Angulo, Armando de Razza y un Santiago Segura que empezaba a alcanzar la fama creando el personaje al que suele interpretar en el cine y en la vida real) que han de detener la venida del Anticristo, que según las escrituras va a manifestarse en Madrid en esas mismas Navidades de 1995. Estas aventuras consisten en una interminable sucesión de frenéticas escenas de acción cargadas de gags violentísimos, sangrientos, sexuales, escatológicos y muy muy muy canallas representados con una gran espectacularidad por medio de unos geniales efectos especiales (las cabras diabólicas son un prodigio en toda su sencillez). El ambiente, como ya lo fue en su debut, “Acción mutante”, es oscuro, siniestro, apocalíptico y, por supuesto, cutre. De la Iglesia se ríe de los topicazos del género de terror y de sus grandes clásicos y del casticismo español más esperpéntico en una obra que desata sin cesar la carcajada y que, además, es todo un ejemplo de cine fantástico de autor que no escatima en presentar una divertida crítica a un falso espíritu de la Navidad y en mostrar continuas referencias culturales y contraculturales y homenajes a formaciones musicales que ya son o que entonces ya eran clásicos de la música española (desde Def Con Dos a Extremoduro pasando por Albert Plá, Negu Gorriak, Siniestro Total, Soziedad Alkohólika o Eskorbuto). Heavy, violencia, monstruos y risas, muchas risas.