domingo, 21 de febrero de 2010

HUSH! de Ryosuke Hashiguchi – 2002 – (“Hush!”)


Asako es una joven que, siempre triste, distante y hostil con los que la rodean, deambula por la vida siempre sola y practicando sexo de manera compulsiva sin ni siquiera disfrutarlo. Un día, conoce a Naoya y a Katsushiro, una joven pareja gay a la que le propone un proyecto: tener un hijo con uno de ellos. Poco a poco, el plan cambia: el hijo lo cuidarán y lo educarán entre los tres como una familia. Sin embargo, las familias de Naoya y de Katsushiro no están dispuestas a permitir que lo hagan… Los tres habrán de salir adelante a pesar de esto, y el amor, la amistad y la comprensión florecerán.

Ryosuke Hashiguchi es uno de los cineastas japoneses independientes más importantes de los últimos años, además de uno de los primeros directores de este país que se ha declarado abiertamente homosexual y que ha calificado sus filmes como de pura temática gay (lo que allí sigue siendo mal visto por una gran parte de la sociedad –bueno, aquí también-). Por desgracia, es prácticamente desconocido fuera de Japón, y, que yo sepa, únicamente se ha estrenado una película suya en las salas minoritarias occidentales, la comentada “Hush!”. Otros filmes suyos son “Slight Fever of a 20-year-old” y “Como granos de arena” (que tal vez también se haya estrenado por aquí porque aparece traducido en algunas webs). Ya sabéis: si conocéis algo de este cineasta contadme, porque ni en Internet ni en libros he encontrado nada suyo.

“Hush!” es uno de los dramas más encantadores que he visto en los últimos tiempos, además de una genial apuesta desde el arte cinematográfico por la apertura del modelo familiar tradicional de oriente y occidente (no somos tan distintos después de todo) hacia nuevos horizontes. Plantea el dilema de Naoya y Katsushiro, una joven pareja gay que recibe la propuesta de Asako, una extraña joven que aparece en sus vidas de casualidad: la de tener un hijo con uno de ellos, propuesta que termina en un proyecto de familia compuesta por dos padres y una madre que los tres se plantean llevar a cabo. Por supuesto, las “verdaderas” familias de los dos chicos (la chica parece no tenerla, de ahí tal vez su obsesión por tener un hijo) intentan parar este proyecto por todos los medios. La familia de Naoya está compuesta por su hermano mayor, ya casado, y por su mujer, moralista y machista, además de por una hija adolescente jovial y con ansias de libertad. Katsushiro, el que va a tener el hijo con Asako, tiene en cambio únicamente a su madre, una mujer sobreprotectora, entrometida y aparentemente liberal que tolera la homosexualidad de su hijo pero que en su interior sigue siendo tan tradicional como la familia de Naoya. Magistral es la escena en la que, de forma sorpresiva, ambas familias se presentan en la casa de la pareja para darles sus lecciones morales y criticar la locura que van a hacer (escena rodada en unos pocos de planos que otorgan una tensa carga dramática). “Hush!” es una rebelión contra el concepto de familia clásico en toda regla y un ataque contra las personas que aseguran que toleran a los homosexuales pero que no les permitirían crear sus propias familias. Por supuesto, ilustra cómo cualquier unidad familiar, sea del tipo que sea, se puede disolver de la noche a la mañana, y cómo los lazos de la biología no son un requisito indispensable para querer a un hijo (el afecto y el amor surgen con cualquier persona, con parentesco o sin el). Es además “Hush!” un maravilloso retrato de personajes perdidos en una sociedad hostil y deshumanizada, en este caso las grandes ciudades de Japón, masificadas y pobladas de seres que no dan nada por nadie, además de un retrato del mundo gay del país del sol naciente destinado a romper prejuicios pero que no deja de lado una mirada muy aguda hacia él. La pareja protagonista se enfrenta a su propio amor mutuo y a sus fantasmas, y la chica, el personaje más complejo y misterioso de la obra, descubre el cariño en ellos y aprende a superar el extraño miedo que tiene al contacto humano. Es un personaje visceral y creo que el más sugerente de todos: una representación del ser humano moderno sumido en la angustia vital de nuestro mundo, practicante de sexo compulsivo que no le llena en absoluto y obsesionada por tener un bebé que palie su soledad. Los tres protagonistas están interpretados por Reiko Takaota, Kazuya Takahashi y Seiichi Tanabe, grandes intérpretes jóvenes japoneses que hacen unos papeles soberbios. La historia se mueve cimentada en constantes diálogos y en silencios significativos. La fotografía, hermosísima, impregna de delicadeza al lírico ambiente urbano que retrata Hashiguchi, ambiente que ensalza la preciosa banda sonora. Su desenlace, abierto a la esperanza después del dolor (inolvidable la escena en el río y su atronador silencio) conmueve. Una de las mejores películas japonesas modernas.

1 comentario:

Cinemagnificus dijo...

Dedicada al señor administrador de The Pink Celuloid ;D