miércoles, 3 de febrero de 2010

LA MUERTE DE MIKEL de Imanol Uribe – 1983 – (“La muerte de Mikel”)


Mikel es el joven farmacéutico de un pueblo de la costa vasca no muy grande y en el que la hipocresía, los prejuicios y los cotilleos más crueles están a la orden del día. Su vida no marcha bien: es homosexual pero no quiere reconocerlo y por ello su matrimonio con Begoña se va a pique. Cuando ésta le abandona, Mikel, en una escapada a Bilbao, se acuesta con un travesti… Del que se enamora siendo además correspondido. La felicidad le dura poco. En el pueblo descubren su relación y comienzan a criticarle por la espalda, mientras que sus amigos le fallan y el partido político en el que milita le excluye de las listas al ayuntamiento. Algo aún más terrible ocurre: su madre, clasista, puritana y rancia, se muestra dispuesta a hacer todo lo posible para que “abandone su condición sexual”.

Imanol Uribe fue uno de los cineastas que, durante la Transición, se destacó especialmente por realizar un cine de poderosa identidad vasca (aunque nacido en El Salvador es originario de Guipúzcoa y ha desarrollado toda su carrera en España) que, si bien se posiciona claramente en contra de la represión de su pueblo a manos de la dictadura de Franco y de lo que todavía quedó de ella tras su muerte, también critica la crisis de valores que entonces vivía el País Vasco, que, como el resto de España, se abría a la democracia con más de un problema serio de adaptación. En sus primeras obras se lanzan ataques frontales contra el clasismo, el machismo, la homofobia, la hipocresía, el puritanismo, la burguesía más rancia, los prejuicios y, también, la violencia policial y la falsedad y el oportunismo de los partidos políticos y de sus miembros y dirigentes. Hay, sin embargo, algo que siempre se le ha achacado a Uribe: no tratar con una mirada verdaderamente crítica el terrorismo de ETA, que aunque aparece en muchas de sus cintas, únicamente lo hace como mero trasfondo que asfixia a sus personajes, trasfondo en el que se intuye el ataque hacia la violencia como medio de vida pero nada más. Al asentarse la democracia, siguió tratando otros asuntos sociales como, de nuevo, el terrorismo y la violencia (“Días contados”), la represión sexual (“El rey pasmado”) o la inmigración (“Bwana”), las cuales alternó con obras comerciales en las que tocó una destacada variedad de géneros. Su obra, visualmente cuidadísima y con conseguidos toques de un lirismo a veces salvaje y brutal, se compone del polémico documental sobre las condenas a muerte de terroristas de ETA y del FRAP “El proceso de Burgos”, del thriller político “La fuga de Segovia”, de la comentada “La muerte de Mikel”, del thriller social “Adiós, pequeña”, del filme de época “El rey pasmado”, del thriller “Días contados”, del retrato de inmigrantes “Bwana”, de los nuevos thrillers “Extraños” y “Plenilunio”, del drama histórico “El viaje de Carol” y de la película de aventuras “La carta esférica”.

Basada supuestamente en la vida del etarra Mikel Kastresana, “La muerte de Mikel” es posiblemente la mejor película de Imanol Uribe y una de las obras decisivas y más arriesgadas de toda la Transición. Imanol Arias da vida de una manera muy solvente a Mikel, un farmacéutico vasco de pueblo que, homosexual y novio de un travesti, es agobiado y finalmente destruido en todos los aspectos por una familia y un ambiente opresivo para ser, además, utilizado por el partido político al que pertenece como mártir cuando previamente en este partido se le había despreciado por su condición sexual. Uribe traza, en un trasfondo político de incertidumbre y de tumultos, un fascinante, cruel y brutal retrato de la sociedad vasca y española del momento alejado de todo maniqueísmo posible. Se denuncian las torturas de la policía y, también, el oportunismo de los partidos independentistas vascos, mientras que se se destroza sin piedad a la familia burguesa tradicional, intolerante, hipócrita, clasista y aburrida y a la vida oscura y sin expectativas de libertad que se daba en los pueblos de la época. Mikel, acosado por prejuicios sexuales, descubre su homosexualidad y, tras un tiempo de dudas y de odio hacia sí mismo, comienza a exhibirla sin complejos: se convierte entonces en la burla de todos y es dado de lado por sus amigos, por su partido político (le retiran de las listas a la alcaldía) y por su familia. Únicamente le apoya su novio (que vive en Bilbao), su ex mujer y, en lo que es una sorpresa para la época y un sorprendente apunte contra el maniqueísmo, el cura del lugar, que se niega a ponerse del lado de su madre, que quiere que intente convencerle para que, por lo menos, guarde las apariencias. El imperdonable atrevimiento del protagonista de la película únicamente puede desembocar en la violencia. “La muerte de Mikel” es una obra maestra del cine español que, demasiado a menudo, es injustamente olvidada.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Hola Imanol, soy Remedios garcía Grande a mi padre le mato ETA, me da hasta vergüenza ponerme en contacto contigo, escribí un libro se llama “ ni una palabra mas” y con mucho esfuerzo lo presente en la feria del libro de Bilbao hace 2 meses, si miras en mi muro sabrás mas de mi, hay videos de entrevistas etc., mucha gente me trasmite que mi historia es digna de sacarla en la pantalla grande, incluso Edith que es representante de famosos me dijo lo mismo aunque esta el tema muy mal la crisis etc. y mas si no tienes ayuda o padrino, bueno de momento solo esto, espero tu contestación igual podrías ayudarme u orientarme, el libro tiene muy buena critica entre otras muchas cosas, yo seguiré mi lucha. Un saludo

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