A causa de la mala gestión de su cuñado Paulie, Rocky y Adrian pierden toda su fortuna y se ven obligados a volver a su viejo barrio y a sus viejas vidas. Por si fuera poco, y por desgracia, Rocky no puede ya luchar para ganar dinero porque el combate contra Iván Drago le dejó sin capacidad para recibir golpes duros. Ahora, piensa vivir de regentar el gimnasio de Mickey, su primer entrenador. Allí, va a adiestrar a su primer discípulo, un joven prometedor llamado Tommy Gunn que, gracias a él, asciende en el mundo del boxeo y llega a ser un gran campeón. Sin embargo, Tommy ambiciona algo más… Enfrentarse a su maestro y vencerle.
La que es la mejor entrega de las cinco primeras aventuras de Rocky Balboa desde la primera de ellas , “Rocky V”, es también la más injustamente olvidada, la que menos recaudó en las taquillas y la que, hasta el reciente año 2006, dejó cerrada la saga. Después del enorme éxito de la horripilante “Rocky IV”, se optó por seguir exprimiendo al personaje, que ya hasta para muchos de sus fans estaba empezando a agotarse. Stallone cedió la dirección a John G. Avildsen, el director de la primera parte, aunque siguió implicadísimo en el proyecto desde la interpretación y el guión e, incluso, creo que intentó devolverle aquella calidad que había perdido. Por culpa del insoportable Paulie, Rocky y su familia lo pierden absolutamente todo y han de volver a su viejo barrio, a su vieja vida de mediocridad, ya que, por si fuera poco, el gran boxeador, tras su brutal combate contra Iván Drago, no puede volver a pelear para ganar dinero porque su cuerpo ya no podría resistir ciertos golpes duros. La película, envuelta en un aura de decepción y de tristeza, nos devuelve al primer Rocky, al perdedor sumido en una vida anodina (aquí con doble carga dramática al tratarse de un campeón del boxeo caído en desgracia) que, a pesar de todo, se mantiene íntegro contra todas las adversidades y acaba venciendo “moralmente” y demostrando a todos y a sí mismo que sigue siendo el luchador más fuerte. La historia desarrolla la relación de Rocky, que para vivir toma el viejo gimnasio que regentaba su entrenador Mickey, con su hijo, al que descuida, y con Tommy Gunn, una joven promesa del boxeo a la que entrena (al que da vida de manera solvente Tommy Morrison, un gran boxeador en la vida real). La primera de ellas, la relación con el hijo, está muy bien tratada, mientras que la segunda se resiente un poco aunque no por ello deja de ser interesante. Tommy es un joven ambicioso y sediento de gloria que utiliza a Rocky para aprender todo lo que puede de él y que, posteriormente, le abandona para competir en los grandes campeonatos de la mano de un empresario manipulador que le da y le promete todo tipo de riquezas. Este abandono sirve a Rocky para volver a prestar atención a su hijo, al que había dado de lado injustamente a favor de su discípulo. Sin embargo, le espera un último combate (último hasta la aparición de “Rocky Balboa”) contra este mismo discípulo, que, aunque triunfa en el mundo del boxeo, va a buscar a su maestro para desafiarle, ya que nadie le toma en serio y siempre lo ven como su sombra. Este combate final, en plena calle de los suburbios, es uno de los mejores de toda la saga. Rocky vuelve a adquirir todo el halo trágico que tenía en su primera aventura y demuestra que es el mejor en estas calles destrozando de manera fulminante a Tommy Gunn. La película falla un poco precisamente en la relación entre ambos combatientes, una relación de maestro y alumno nada aprovechada básicamente porque Gunn da a la mitad del metraje un cambio radical y muy forzado hacia la perdición y porque no llega a tender lazos afectivos completos con su entrenador. A pesar de este hecho, “Rocky V” es la entrega más digna desde “Rocky” y la que presenta a los personajes y sus conflictos mejor desarrollados. Ya lo han dicho muchas veces: si “Rocky V” hubiera sido “Rocky II” o, por lo menos “Rocky III”, la saga habría cambiado. Por desgracia, esta quinta parte fue la más incomprendida de todas y muchos fans la odiaron por devolver al personaje a sus orígenes y a su primer concepto. Como dije, fue la que menos recaudó de las cinco primeras entregas, lo que propicio que se paralizase la saga al considerar que ya no tenía nada que aportar. Dieciséis años después, cuando nadie lo esperaba, Sylvester Stallone traería de vuelta su mito en “Rocky Balboa”.
2 comentarios:
A partir de aquí el nivel de decadencia colma el vaso. Triste destino para una saga demasiado alargada.
No puedo mas que elogiarte por esta pasión declarada al cine, a mi no me llega para revisitar rocky III en adelante, es pedir demasiado. ¿puedes recomendarnos algo mas de Avildsen? porque creo que lo 'mejor' que tiene es Karate Kid...
saludos!
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