viernes, 2 de julio de 2010

MALA NOCHE de Gus Van Sant – 1985 – (“Bad night”)


Walt es el joven dependiente de una tienda cualquiera de Portland. Está enamorado en secreto de Johnny, un jovencito mexicano ilegal que suele comprar en donde él trabaja. Un día, convence a su hermana para que se lo ponga en bandeja y ella acepta. Una tormentosa relación va a comenzar entre ambos, relación que se va a ampliar a Roberto, el amigo de Johnny.

“Mala noche”, basada en la autobiografía de Walt Curtis, fue el bastante desconocido debut de Gus Van Sant en la dirección, debut que se ajusta a la perfección a lo que fue la primera parte de su filmografía (este filme, “Drugstore cowboy”, “Mi Idaho privado” y “Ellas también se deprimen”): una historia de jóvenes perdedores sumidos en un clima confuso, deshumanizado, en el que buscan el afecto de los demás y un mínimo sentido a sus vidas sin a veces conseguirlo. El mundo marginal de Portland, ciudad del creador y del autor del escrito en el que éste se basa para su cinta y ciudad que volvemos a encontrar en películas posteriores suyas en más de una ocasión, es el ambiente en el que se mueven los personajes de “Mala noche”, homosexual uno, como el propio Van Sant, y heterosexuales los otros dos. Walt es el primero de ellos, un dependiente de una tienda cualquiera que se enamora de Johnny, uno de dos amigos mexicanos que viven en calidad de ilegales en su deprimido barrio. A partir de esta premisa empieza una contradictoria y por momentos brutal relación de amor y de desprecio, de locura, de obsesión, de asco, de complejos, de prejuicios y de ternura entre ambos, relación que se amplía a Roberto, el tercer protagonista en discordia, y que aparece determinada (especialmente en el caso de éste último) por la pobreza y por la desesperación a la que se ven abocados ambos inmigrantes, siempre buscando una manera de prosperar y siempre perseguidos por la policía norteamericana, cuyos bestiales métodos el filme critica (además de, por supuesto, la propia situación de dichos inmigrantes). El estilo, independiente por vocación (como demostraría Van Sant en el futuro, a pesar de haberse abierto a otros en películas como “El indomable Will Hunting”) y por falta de presupuesto, se mueve, a través de una cámara y un montaje nerviosos y abruptos, entre el drama social más crudo, el drama más intimista y la comedia de toque disparatado. El potente blanco y negro junto al por momentos asfixiante ambiente lóbrego conseguido resalta la mediocridad, la violencia y la precariedad de las vidas al límite de los personajes mientras le otorga a su relato un cierto toque de lirismo onírico (en la escena de la sumisión entre nieblas) y heroico. “Mala noche” es una más que aceptable ópera prima que no pudo ser estrenada hasta el estreno de la siguiente obra del cineasta, “Drugstore Cowboy”

1 comentario:

Lucifer, Becario del Mal dijo...

Esta peli me gustó bastante, pero me quedo con My private Idaho. De hecho expone temas similares, la marginalidad y los amores locos imposibles, aunque claro con un enfoque mas colorista y casi optimista. Pero que esta es de las buenas también.